El alto costo de una falla de producción

16 Octubre 2016
Hyunjoo Jin y Joyce Lee | Agencia Reuters

SEÚL.- Samsung Electronics espera sufrir un impacto en su ganancia operativa de unos U$S 3.000 millones en los próximos dos trimestres luego de que dejó de producir su teléfono inteligente defectuoso Galaxy Note 7.

El anuncio lleva a unos U$S 5.300 millones las pérdidas totales que la firma prevé como consecuencia de los problemas de sobrecalentamiento del aparato, luego de que anunció el miércoles que sufrirá un impacto de U$S 2.300 millones en sus utilidades del tercer trimestre.

El dispositivo premium con en que la firma surcoreana planeaba competir contra los últimos iPhones de Apple debió ser descontinuado a principios de esta semana, menos de dos meses después de su lanzamiento, debido a los temores de seguridad. El gigante de la tecnología espera que el impacto del retiro sobre sus ganancias se ubique en el rango medio de tres billones de wones en los próximos dos trimestres. Las acciones de Samsung se han desplomado un 8% esta semana. Para compensar la pérdida de ingresos, Samsung informó que ampliará las ventas de dispositivos móviles como el Galaxy S7 y el S7, y realizará “cambios significativos” en sus procesos para asegurar la calidad a fin de mejorar la seguridad de sus productos.

Inversores y analistas dijeron que aunque la compañía se movió rápido para tranquilizar al mercado acerca de los posibles costos financieros, unas pérdidas más profundas no pueden ser descartadas. “El impacto sobre las ventas de otros modelos aún no está claro”, indicó Kim Sung-soo, un administrador de fondos de LS Asset Management, que posee acciones de Samsung. “El fin del modelo de gama alta dañará a la marca de Samsung, y afectará la demanda de sus otros modelos”, agregó.

La compañía ofreció incentivos financieros para los clientes en los Estados Unidos y Corea del Sur que intercambien los teléfonos inteligentes Galaxy Note 7 por otros productos o pidan un reembolso, en un intento de reforzar su reputación tras una dañina crisis de seguridad. También está expandiendo un llamado a devolver el modelo proclive a quemarse a un total de 1,9 millón de unidades, que incluye al millón de aparatos Galaxy Note 7 cuya devolución solicitó el 15 de septiembre pasado. El gigante surcoreano está tratando de controlar daños mientras rivales como Apple y LG Electronics intentan robarle cuota de mercado al líder mundial en teléfonos inteligentes después de que se vio obligado a dejar de producir su último dispositivo estrella. Samsung está impulsando sus esfuerzos promocionales y de marketing en torno a otros teléfonos inteligentes de la serie Galaxy para amortiguar el golpe del fracaso del Note 7, al que renunció finalmente esta semana después de no poder resolver los problemas de sobrecalentamiento que provocaron que algunos de los teléfonos se incendiaran. La compañía anunció que ofrecerá hasta U$S 100 en crédito a consumidores que cambien el producto por cualquier teléfono avanzado de Samsung en EEUU. La Comisión de Seguridad de Productos del Consumidor de Estados Unidos comunicó que “la batería del Note 7 puede sobrecalentarse y pegar fuego, presentando una seria amenaza de fuego y quemaduras para los consumidores”.

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