31 Octubre 2016
COLOR Y COMPOSICIÓN. Una mirada fotográfica se plantea en la obra.
Las pinturas de Virginia Serrano han traído un poco de aire fresco en el último par de años al arte de esta ciudad.
Sus obras plantean una mirada distinta a la común: sus autorretratos semejan una toma fotográfica capturada desde arriba, como si se tratara de una imagen de esas frecuentes en las redes sociales. En definitiva, se trata de una pintura realizada desde un concepto fotográfico, puede asegurarse.
El jueves, a las 20.30, en el Centro Rougés, se inaugurará su muestra “Resiliencia”, una exposición de 20 pinturas y un óleo realizado en 1978 por su difunta madre, intervenido por la misma artista en esta oportunidad.
Dos son los elementos plásticos que deben advertirse en estas obras: la composición, influida por esa mirada fotográfica nombrada, y los colores.
“Virginia Serrano, una joven artista tucumana, se inserta en el campo artístico - visual de la provincia con una propuesta estética de tono intimista. Libre de ataduras a concepciones que la limiten, investiga, experimenta y crea un lenguaje visual imbuido de contemporaneidad, tanto desde el punto de vista de la construcción visual de la imagen, como de la utilización de variadas técnicas de última generación”, afirma Gloria Zjawin de Gentilini, en el texto del catálogo. “Alegrías, dolores, recuerdos, reflexiones, ilusiones, sueños, instantes revividos a través de representaciones auto-referenciales de profunda introspección, remiten a una sensibilidad femenina que vibra con el transcurrir de la vida misma”, agrega el texto.
La exposición puede ser visitada hasta el 16 de diciembre, en Laprida 31.
Sus obras plantean una mirada distinta a la común: sus autorretratos semejan una toma fotográfica capturada desde arriba, como si se tratara de una imagen de esas frecuentes en las redes sociales. En definitiva, se trata de una pintura realizada desde un concepto fotográfico, puede asegurarse.
El jueves, a las 20.30, en el Centro Rougés, se inaugurará su muestra “Resiliencia”, una exposición de 20 pinturas y un óleo realizado en 1978 por su difunta madre, intervenido por la misma artista en esta oportunidad.
Dos son los elementos plásticos que deben advertirse en estas obras: la composición, influida por esa mirada fotográfica nombrada, y los colores.
“Virginia Serrano, una joven artista tucumana, se inserta en el campo artístico - visual de la provincia con una propuesta estética de tono intimista. Libre de ataduras a concepciones que la limiten, investiga, experimenta y crea un lenguaje visual imbuido de contemporaneidad, tanto desde el punto de vista de la construcción visual de la imagen, como de la utilización de variadas técnicas de última generación”, afirma Gloria Zjawin de Gentilini, en el texto del catálogo. “Alegrías, dolores, recuerdos, reflexiones, ilusiones, sueños, instantes revividos a través de representaciones auto-referenciales de profunda introspección, remiten a una sensibilidad femenina que vibra con el transcurrir de la vida misma”, agrega el texto.
La exposición puede ser visitada hasta el 16 de diciembre, en Laprida 31.
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Centro Cultural Rougés