"El país crecerá el día que nos dejemos de pelear"

"La Argentina tiene una necesidad infernal de encarar obras públicas, en todos los sentidos; en ferrocarriles, en rutas, en infraestructura en general”.

11 Diciembre 2016

Para que la economía argentina cambie de humor, de la recesión actual a una senda gradualmente más expansiva, la Argentina necesita pensar hacia el largo plazo, dice a DINERO Jorge Horacio Brito, el CEO del Banco Macro. Claro que esa percepción tiene una explicación histórica: el país se ha caracterizado por su faceta pendular en el desarrollo de su actividad económica. Brito sostiene que la Argentina tiene todas las posibilidades de expandirse sostenidamente. “El país crecerá cuando nos dejemos de pelear y a pensar un poco más allá del mañana, un poco más lejos”, indica en una entrevista que concedió a nuestro diario en oportunidad de encabezar el coctel de fin de año del Banco Tucumán Grupo Macro.

-Usted sostiene que los capitales no tienen banderas y que eligen los lugares que le recrea las mejores condiciones para invertir. ¿Dónde está nuestro país, en ese contexto?

-Creo que están viniendo capitales y que se ven, tibiamente, algunas inversiones. No obstante, considero que los capitales relevantes van a esperar las elecciones legislativas del año que viene y depende de cómo se desarrollen, luego, van a tomar decisiones, van decidir las inversiones importantes. Cuanto más inversiones haya, mayor será la probabilidad de generar puestos de trabajo. Y tenemos que entender eso, que la Argentina no puede dejar de crecer.

-¿Cree que se modificó el panorama para los agentes económicos respecto de hace un año atrás?

-Creo que hoy deberíamos estar contentos de que hoy, en la Argentina, vivimos un sistema en el que se evidencia un cambio. Puedes estar de acuerdo o no, a favor o en contra. Pero lo que no podemos tener dudas es que estábamos yendo a un camino, en lo económico, que nos llevaba a algo parecido a Venezuela. Desde ese punto de vista, digo que el giro ha sido de 180° y mirando más hacia los países que crecen. No obstante, debemos advertir que estamos viviendo en un mundo bastante complicado. Los vimos con el Brexit; lo percibimos con el triunfo de Donald Trump en las presidenciales de los Estados Unidos. Es bastante imprevisible lo que está pasando. Es como que la gente está enojada con la clase política y te votan en contra de ella. Por eso digo que hay que tener mucho cuidado; hay que tener mucha sensibilidad para entender lo que le pasa a la gente, porque estamos viviendo aquel mundo un tanto complicado.

-¿Hubo un problema de expectativas? Muchos hablaban del segundo semestre, pero el país sigue en recesión. ¿Hacia dónde vamos?

-Básicamente, creo que un país que venía de la situación en que estaba (hace un año atrás), necesitaba de una economía más keynesiana, que entiendo que se aplicará a partir del año que viene, generando más obras públicas. La Argentina tiene una necesidad infernal de encarar esas obras públicas, en todos los sentidos, ferrocarriles, rutas, infraestructura. Todo está muy retrasado y eso va en contra de las inversiones. Creo que esta demora en infraestructura, no importa la causa, fue lo que más daño le hizo a la economía para que no arranque. Hoy, por lo menos, están viniendo capitales al país. Hay que esperar un año más porque entiendo que este plan está a mitad de su camino.

-¿Sirve pensar permanentemente en dólares?

-No sé si sirve o no. El problema del argentino es que, aquellos que tienen capacidad de ahorro, en vez de cobrar el sueldo, van a comprar divisas. Esto, lamentablemente, será una conducta que se mantendrá. Pasarán muchos años para que el argentino deje de pensar en dólares. No hay decreto, ni mi palabra ni la de nadie que diga que el que ahorre en dólares perderá. Un ministro de Economía dijo alguna vez que el que apuesta al dólar, pierde. Y no le fue muy bien. Cuando vos mirás a los países vecinos, por caso Brasil, Ecuador, Perú, Chile o Colombia, tiene su moneda. Ojo, nosotros también la tenemos. Quiero decir que la gente ahorra en esa moneda.

-¿Es el momento en que el argentino apueste por su propia moneda?

-Exactamente. Apostar en pesos implica tener una inflación controlada y una emisión necesariamente controlada. Ese es el tema central. Este gobierno eligió un camino, que es bajar la inflación, con el que coincido, porque es el impuesto más injusto para el que menos tiene. También ha decidido recortar el déficit fiscal y creo que es una tarea mucho más difícil, porque gran parte de ese rojo está dado por el costo de la energía.

-¿Por qué dice que no es bueno hacer evaluaciones particulares?

-Porque hay que dejar de pensar en la autosalvación. Y más en cómo salen todos los sectores. Siempre pongo como ejemplo al sistema financiero, lo que le sucedió desde 1999 a 2001. No supo darse cuenta de que casi a toda la economía le estaba yendo mal. El 10 de enero de 2002 vino la pesificación asimétrica y la maxidevaluación. Los bancos perdieron el doble de lo que habían ganado en los últimos 10 años. Con esto quiero decir que creíamos que estábamos ganando pero, en realidad, estábamos perdiendo mucho más que el resto de los actores económicos.

-¿Qué futuro le espera a la Argentina?

-Creo que el día que nos dejemos de pelear y empecemos pensar un poco más allá del mañana, la Argentina tendrá todas las posibilidades de desarrollarse. Si nos medimos con el resto del mundo, veremos que no tenemos grandes problemas. Soy optimista respecto del rumbo de la Argentina.


La plata en los cajeros
Una de las preguntas que el cambió el humor al banquero fue cuando se le consultó acerca de por qué hay problemas de provisión en los cajeros automáticos. “Nuestro banco carga los cajeros con toda la plata que tiene que dar. Y se recarga. Hay otras entidades, que no daré nombres, que pagan muchos sueldos y no ponen dinero en el cajero. Sean justos con los bancos que sí lo hacen”, dijo Jorge Brito, del Macro.

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