El drama crónico de los cortes de agua y luz

Es una de las postales del verano que no suelen provocar orgullo, sino más bien desdicha. Son imágenes que se repiten sistemáticamente todos los años: niños, adultos, viejos acarreando baldes de agua, llenando botellas de plástico, pavas, bajo los rayos del sol porque se han quedado sin el vital elemento. Y como ese tormento fuera poco, muchos hogares se quedan sin luz cuando el termómetro quiere explotar de calor.

El martes, en distintos sectores de la provincia, cientos de tucumanos soportaron los casi 40° de la siesta sin energía eléctrica. Según EDET, a esa hora había 400 usuarios sin luz en San Miguel de Tucumán, una cantidad similar en Banda del Río Salí, 250 en Concepción, 100 en Monteros y 55 en Tafí Viejo y Yerba Buena. Los habitantes de Villa Carmela fueron otros de los damnificados, al igual que los de Las Talitas.

El titular de la Sociedad Aguas del Tucumán dijo que cuando se registran temperaturas mayores a 45°, “la gente consume y consume; lo que estamos haciendo es sustentar el servicio, tratar de ir de alguna manera reforzando las zonas que vayan quedando afectadas”. Afirmó que no faltará el agua porque El Cadillal está en su nivel adecuado, pero se necesita que baje la temperatura para equilibrar las reservas. El funcionario señaló que para reforzar el sistema hicieron más de 17 pozos, pero que estos han bajado su rendimiento con estas temperaturas. “No tener agua es una situación desagradable; vamos dando la respuesta en el tiempo que el sistema lo permite”, aseveró.

El intendente de Las Talitas sostuvo que la excavación de dos nuevos pozos mejoraría el suministro de agua en los populosos barrios de su municipio que tiene 70.000 habitantes. Desde el viernes pasado, como consecuencia del corte del servicio, los vecinos de 30 manzanas viven momentos de angustia. “El problema fundamental es que ese crecimiento poblacional no ha ido de la mano con el crecimiento de obras de infraestructura de parte de las distintas empresas”, dijo.

Un lector de nuestro diario escribió en LA GACETA online: “Frente al arsenal, en el barrio Villa Nueva Italia, estamos sin luz desde hace tres horas. Según EDET el corte era programado por una hora. Antes no hacían mejoras en el sistema por que las tarifas eran bajas. ¿Y ahora?”

Esta realidad crónica refleja varios problemas, entre ellos, de imprevisión. Antes de construir un barrio, se debería convocar a las empresas de servicios para que sobre la base del plano efectuaran sus instalaciones, calculando con visión de futuro la demanda que habrá. De ese modo se evitaría lo que afirma el intendente de Las Talitas. Algo similar ocurre con los edificios que se levantan en el centro, se conectan a las redes de agua y cloacas existentes, de modo que en algún momento estas van a zozobrar.

Se sabe desde siempre que en los veranos tucumanos se registran altas temperaturas, de manera que echarle la culpa de los inconvenientes al mayor consumo de agua o de energía -es decir a la población y al clima- pareciera un argumento poco admisible, como si los administradores (Estado y empresas privadas) tuviera poco que ver en el asunto. Los problemas crónicos desnudan una incapacidad de los responsables para solucionarlos. Lo lamentable es que los ciudadanos son siempre los perjudicados.

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