15 Febrero 2017
POLÉMICO. Flynn era conocido por defender la aplicación del “submarino” para interrogar a terroristas. reuters
WASHINGTON.- Michael Flynn, el ya ex asesor de Seguridad Nacional del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ocultó información sobre sus contactos con Rusia a altas figuras de la Casa Blanca, y desencadenó así, a última hora del lunes, la primera gran crisis de gabinete del republicano.
El mandatario denunció “filtraciones ilegales”, en su primera reacción pública tras la dimisión de su asesor. “La verdadera historia es ¿por qué hay tantas filtraciones ilegales que vienen de Washington?”, dijo, al tiempo que se preguntó si habrá también filtraciones de este tipo mientras negocia sobre cuestiones como Corea del Norte.
La Casa Blanca explicó que el mandatario le pidió la dimisión por una pérdida de “confianza”. Es que el “tema Flynn” se debatió durante varias semanas, mientras se intentaba averiguar la verdad sobre las versiones, que finalmente se confirmaron.
El polémico general había mantenido conversaciones telefónicas con el embajador de Rusia, Serguei Kislyak, en las que se tocó el tema de las sanciones impuestas al Kremlin por supuesta injerencia en las elecciones de Estados Unidos. Las llamadas entre Flynn y Kislyak habían tenido lugar durante el período de transición entre el gobierno saliente de Barack Obama y el actual, e incluso antes de las elecciones del 8 de noviembre en las que Trump derrotó a la demócrata Hillary Clinton.
Las conversaciones fueron interceptadas por la inteligencia estadounidense cuando aún estaba bajo órdenes de Obama, y su contenido, que desmentía afirmaciones del vicepresidente, Mike Pence, y del vocero presidencial, Sean Spicer, gatilló el escándalo cuando empezó a circular por los pasillos del poder.
La salida de su principal asesor en seguridad es un golpe político contra Trump, que aún busca asimilar el congelamiento de su decreto para modificar la política migratoria después del rechazo judicial y la oposición de sectores de la sociedad civil.
El escándalo se desató a menos de un mes de la inauguración de Trump y a solo 24 días de que Flynn asumiera su cargo como asesor presidencial, tras haber desempeñado la misma tarea durante la carrera electoral del actual primer mandatario estadounidense.
El magnate lo había designado ssesor de Seguridad Nacional el pasado 18 de noviembre, diez días después de ganar las elecciones presidenciales.
Igual que Trump, este ex oficial de Inteligencia de 58 años fue acusado de coquetear con el presidente ruso, Vladimir Putin, y se mostró abierto a rescatar la tortura por ahogamiento simulado (”submarino”) a los sospechosos de terrorismo.
“Un asunto interno”
El Kremlin se despegó del escándalo, y consideró el hecho un “asunto interno” de ese país. “No quisiéramos comentar esto de ninguna manera. Es un asunto interno de los estadounidenses”, dijo en rueda de prensa el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
Tras aceptar la dimisión de Flynn, Trump nombró como Asesor de Seguridad Nacional interino al teniente general retirado Joseph Keith Kellogg, un general condecorado del Ejército de Estados Unidos que combatió en Vietnam entre 1967 y 2003. (Télam)
El mandatario denunció “filtraciones ilegales”, en su primera reacción pública tras la dimisión de su asesor. “La verdadera historia es ¿por qué hay tantas filtraciones ilegales que vienen de Washington?”, dijo, al tiempo que se preguntó si habrá también filtraciones de este tipo mientras negocia sobre cuestiones como Corea del Norte.
La Casa Blanca explicó que el mandatario le pidió la dimisión por una pérdida de “confianza”. Es que el “tema Flynn” se debatió durante varias semanas, mientras se intentaba averiguar la verdad sobre las versiones, que finalmente se confirmaron.
El polémico general había mantenido conversaciones telefónicas con el embajador de Rusia, Serguei Kislyak, en las que se tocó el tema de las sanciones impuestas al Kremlin por supuesta injerencia en las elecciones de Estados Unidos. Las llamadas entre Flynn y Kislyak habían tenido lugar durante el período de transición entre el gobierno saliente de Barack Obama y el actual, e incluso antes de las elecciones del 8 de noviembre en las que Trump derrotó a la demócrata Hillary Clinton.
Las conversaciones fueron interceptadas por la inteligencia estadounidense cuando aún estaba bajo órdenes de Obama, y su contenido, que desmentía afirmaciones del vicepresidente, Mike Pence, y del vocero presidencial, Sean Spicer, gatilló el escándalo cuando empezó a circular por los pasillos del poder.
La salida de su principal asesor en seguridad es un golpe político contra Trump, que aún busca asimilar el congelamiento de su decreto para modificar la política migratoria después del rechazo judicial y la oposición de sectores de la sociedad civil.
El escándalo se desató a menos de un mes de la inauguración de Trump y a solo 24 días de que Flynn asumiera su cargo como asesor presidencial, tras haber desempeñado la misma tarea durante la carrera electoral del actual primer mandatario estadounidense.
El magnate lo había designado ssesor de Seguridad Nacional el pasado 18 de noviembre, diez días después de ganar las elecciones presidenciales.
Igual que Trump, este ex oficial de Inteligencia de 58 años fue acusado de coquetear con el presidente ruso, Vladimir Putin, y se mostró abierto a rescatar la tortura por ahogamiento simulado (”submarino”) a los sospechosos de terrorismo.
“Un asunto interno”
El Kremlin se despegó del escándalo, y consideró el hecho un “asunto interno” de ese país. “No quisiéramos comentar esto de ninguna manera. Es un asunto interno de los estadounidenses”, dijo en rueda de prensa el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
Tras aceptar la dimisión de Flynn, Trump nombró como Asesor de Seguridad Nacional interino al teniente general retirado Joseph Keith Kellogg, un general condecorado del Ejército de Estados Unidos que combatió en Vietnam entre 1967 y 2003. (Télam)
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