05 Marzo 2017
CONMOCIÓN. En Seúl, la sociedad divide su opinión acerca del “caso Samsung” y de la postura de la presidenta de Corea del Sur. REUTERS.-
El escándalo por sobornos y por malversación de fondos, conocido como el caso “Rasputina”, estremece a Corea del Sur, y salpica a grandes corporaciones y a funcionarios del propio gobierno. Esta semana, la oficina del fiscal especial del país asiático confirmó que acusará al CEO de Samsung, Jay Y. Lee, y a otros cuatro ejecutivos de uno de los fabricantes de tecnología más grandes del mundo por pago de soborno y por malversación de fondos.
La polémica ha motivado una fuerte restructuración en la compañía, con una escisión de sus unidades de negocio: una se dedicará plenamente a la tarea electrónica; otra focalizará sus actividades en la comercialización y a la construcción y un tercer brazo se dedicará exclusivamente al sector financiero.
El CEO de Samsung permanece detenido desde el 17 de febrero por su presunta participación en el escándalo de corrupción que involucra a la presidenta surcoreana, Park Geun-Hye, quien afronta un juicio político.
“Los cinco ejecutivos enfrentan cargos que incluyen soborno, malversación y ocultamiento de activos en el extranjero”, explicó Lee Kyu-Chul, un portavoz del fiscal especial.
El máximo directivo de la firma tecnológica también será acusado de cometer perjurio ante el Parlamento, remarcó el funcionario judicial, según consignó la agencia internacional de noticias Reuters.
Los otros ejecutivos acusados por la Justicia son el vice presidente de Samsung, Choi Gee-Sung; el presidente de la empresa, Chang Choong-Ki; el presidente de Samsung Electronics, Park Sang-Jin; y el vicepresidente ejecutivo de la corporación, Hwang Sung-Soo.
Entre los cargos que enfrenta el CEO de Samsung figuran promesas de sobornos a una compañía y a organizaciones ligadas a Choi Soon-Sil, la confidente de la presidenta Park, mencionada en el caso como la “Rasputina”.
Choi está en el epicentro del escándalo, señalada de intentar consolidar su control sobre el imperio empresarial, que comprende desde la telefonía móvil hasta la industria biofarmacéutica, en la cuarta mayor economía de Asia.
Reacción de la empresa
A Samsung se la acusa de haber donado unos 43.000 millones de won (36,3 millones de dólares/35,2 millones de euros) con el consentimiento de Lee a diversas fundaciones sin fines de lucro operadas por Choi Soon-sil, consigna la agencia de noticias DPA.
Luego de que la Justicia formalizara la acusación, Samsung anunció el cierre de su oficina de estrategia corporativa. La decisión se produjo en los últimos capítulos de un escándalo de corrupción que sacude al país asiático y al mundo de los negocios globales.
“Pedimos perdón por la controversia social y por el sufrimiento que hemos causado”, expresó, esta semana, el vicepresidente ejecutivo de Samsung ante la prensa.
Las acusaciones de la fiscalía se conocieron antes de que el Tribunal Constitucional decida si se mantiene el juicio político contra Park, que fue aprobado por el Parlamento surcoreano en diciembre de 2016.
El proceso fue activado por acusaciones de que la mandataria habría conspiró, con la ayuda de Choi, para presionar a grandes empresas para que donaran a dos fundaciones creadas para respaldar las iniciativas políticas de la jefa de Estado.
En diciembre del año pasado, Lee, el CEO de la corporación tecnológica, había prometido el cierre de la oficina de estrategia corporativa, un centro neurálgico señalado como el punto en el cual se habrían concretado grandes iniciativas como inversiones en nuevos negocios.
La oficina de estrategia corporativa estaba compuesta por unos 200 empleados, elegidos a dedo, entre varias afiliadas. Además, no existía como una entidad legal, pero tenía un enorme poder, principalmente el instrumento de control de la familia fundadora.
Convulsión social
Esta semana, miles de personas salieron a manifestarse en las calles de Seúl, la capital surcoreana, a favor y en contra de la presidenta Park, y pedir su renuncia o su reincorporación en el cargo, del que fue apartada por su presunta implicación en el caso de corrupción.
Los defensores de la presidenta afirmaron que Park “ha sido una víctima” de Choi, la confidente de la mandataria, considerada por los investigadores, como el cerebro de la trama de corrupción. “Han acusado falsamente a la Presidenta”, clamaban los ciudadanos a su favor, quienes responsabilizan a Choi de todos los delitos.
El Parlamento de Corea del Sur aprobó en diciembre la destitución de Park. Ahora, la decisión final está en manos del Tribunal Constitucional, que tiene hasta junio para ratificar el desplazamiento de la mandataria.
La polémica ha motivado una fuerte restructuración en la compañía, con una escisión de sus unidades de negocio: una se dedicará plenamente a la tarea electrónica; otra focalizará sus actividades en la comercialización y a la construcción y un tercer brazo se dedicará exclusivamente al sector financiero.
El CEO de Samsung permanece detenido desde el 17 de febrero por su presunta participación en el escándalo de corrupción que involucra a la presidenta surcoreana, Park Geun-Hye, quien afronta un juicio político.
“Los cinco ejecutivos enfrentan cargos que incluyen soborno, malversación y ocultamiento de activos en el extranjero”, explicó Lee Kyu-Chul, un portavoz del fiscal especial.
El máximo directivo de la firma tecnológica también será acusado de cometer perjurio ante el Parlamento, remarcó el funcionario judicial, según consignó la agencia internacional de noticias Reuters.
Los otros ejecutivos acusados por la Justicia son el vice presidente de Samsung, Choi Gee-Sung; el presidente de la empresa, Chang Choong-Ki; el presidente de Samsung Electronics, Park Sang-Jin; y el vicepresidente ejecutivo de la corporación, Hwang Sung-Soo.
Entre los cargos que enfrenta el CEO de Samsung figuran promesas de sobornos a una compañía y a organizaciones ligadas a Choi Soon-Sil, la confidente de la presidenta Park, mencionada en el caso como la “Rasputina”.
Choi está en el epicentro del escándalo, señalada de intentar consolidar su control sobre el imperio empresarial, que comprende desde la telefonía móvil hasta la industria biofarmacéutica, en la cuarta mayor economía de Asia.
Reacción de la empresa
A Samsung se la acusa de haber donado unos 43.000 millones de won (36,3 millones de dólares/35,2 millones de euros) con el consentimiento de Lee a diversas fundaciones sin fines de lucro operadas por Choi Soon-sil, consigna la agencia de noticias DPA.
Luego de que la Justicia formalizara la acusación, Samsung anunció el cierre de su oficina de estrategia corporativa. La decisión se produjo en los últimos capítulos de un escándalo de corrupción que sacude al país asiático y al mundo de los negocios globales.
“Pedimos perdón por la controversia social y por el sufrimiento que hemos causado”, expresó, esta semana, el vicepresidente ejecutivo de Samsung ante la prensa.
Las acusaciones de la fiscalía se conocieron antes de que el Tribunal Constitucional decida si se mantiene el juicio político contra Park, que fue aprobado por el Parlamento surcoreano en diciembre de 2016.
El proceso fue activado por acusaciones de que la mandataria habría conspiró, con la ayuda de Choi, para presionar a grandes empresas para que donaran a dos fundaciones creadas para respaldar las iniciativas políticas de la jefa de Estado.
En diciembre del año pasado, Lee, el CEO de la corporación tecnológica, había prometido el cierre de la oficina de estrategia corporativa, un centro neurálgico señalado como el punto en el cual se habrían concretado grandes iniciativas como inversiones en nuevos negocios.
La oficina de estrategia corporativa estaba compuesta por unos 200 empleados, elegidos a dedo, entre varias afiliadas. Además, no existía como una entidad legal, pero tenía un enorme poder, principalmente el instrumento de control de la familia fundadora.
Convulsión social
Esta semana, miles de personas salieron a manifestarse en las calles de Seúl, la capital surcoreana, a favor y en contra de la presidenta Park, y pedir su renuncia o su reincorporación en el cargo, del que fue apartada por su presunta implicación en el caso de corrupción.
Los defensores de la presidenta afirmaron que Park “ha sido una víctima” de Choi, la confidente de la mandataria, considerada por los investigadores, como el cerebro de la trama de corrupción. “Han acusado falsamente a la Presidenta”, clamaban los ciudadanos a su favor, quienes responsabilizan a Choi de todos los delitos.
El Parlamento de Corea del Sur aprobó en diciembre la destitución de Park. Ahora, la decisión final está en manos del Tribunal Constitucional, que tiene hasta junio para ratificar el desplazamiento de la mandataria.
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