“El déficit cuantitativo y cualitativo es de 3,8 millones de casas”

10 Abril 2017
El subsecretario de Coordinación de la Obra Pública Federal, Ricardo Delgado, afirmó que el Estado motoriza solo el 25% de la obra pública, por lo que la clave para la construcción de 100.000 viviendas que anunció el Gobierno hace una semana fue la incorporación al sistema de la banca privada, y estimó que lo mismo ocurrirá próximamente con el mercado de los créditos hipotecarios, en el que los privados también replicarán la oferta de los públicos.

Delgado, en una entrevista con la agencia Télam, dijo que el diagnóstico fue que había un déficit habitacional de 3,8 millones de unidades, por lo desde la cartera de Interior, Obras Pública y Vivienda, que integra, se decidió atacar el tema desde las viviendas sociales para los más vulnerables, el programa Procrear y ahora con la construcción de las 100.000 unidades en un plazo de un año, en un acuerdo amplio con los gremios, cámaras empresarias y las provincias.

-¿Cuál fue el diagnóstico que hizo el Ministerio del Interior cuando asumió el Gobierno en diciembre de 2015?

-El déficit cuantitativo y cualitativo es de 3,8 millones de viviendas, que se compone de 1,5 millón que falta, que se deberían construir para paliar el déficit y 2,3 millones de unidades que están en condiciones malas o muy malas de habitabilidad, que hay que intervenir. Este es el estado actual de cosas que se recibió de décadas y décadas, ya no solamente la década pasada sino años de desinversión y de falta de un mercado hipotecario. Ningún país desarrolla una política seria de viviendas si no existe detrás un mercado hipotecario que dé crédito a largo plazo.

-¿Qué es lo que se hizo en estos 16 meses y qué se planea hacer?

-Nosotros decidimos concentrar toda la política de viviendas. Está el área de las viviendas sociales, para los más sectores más bajos donde estamos construyendo 70.000 unidades, más los programa de hábitat, para los más vulnerables, con la intervención de $ 7.000 millones en ejecución, que es el presupuesto más alto de la historia. Este es el gobierno que está invirtiendo en el hábitat de los más pobres como nunca se invirtió antes. Por otro lado, hace pocos días se concretó el traspaso de Procrear desde la Anses a nuestro Ministerio, y es un sistema de acceso a la vivienda para sectores de ingresos medios bajos, que van de entre $ 16.000 y $ 36.000 de ingreso familiar, con un subsidio explícito de capital por parte del Estado, que llega hasta un monto del 40%. Ahí hay una enorme demanda: las consultas en la web superaron las 3 millones de entradas y se inscribieron para la ventana de Casa Propia 165.000 familias. Este sistema se cerró hace una semana y ahora se abrió en abril la ventana de lotes propios, por el cual el que tiene un terreno pide un crédito para construir, que es una de las novedades en el Procrear. Vemos la necesidad de construir porque la actividad económica requiere de la construcción y del empleo de la construcción. Es decir, ahora volvió, bajo otras condiciones, la modalidad construcción. El tercer capítulo central es el de aquellos que no necesitan subsidio pero que sí necesitan del incentivo del inversor privado para poner el terreno y poder invertir y desarrollar viviendas de clase media típica. La clase media típica es aquella que va entre los 30.000 y los 64.000 -8 salarios mínimos- de ingresos familiar, que hoy incluso con $ 60.000 de ingreso familiar se le hace difícil para una familia conseguir un crédito hipotecario.

-¿Cómo se pudo arribar a un acuerdo para restablecer el crédito a largo plazo?

-Lo importante fue la decisión política del Banco Central y del sistema constituir una unidad de cuenta que es la UVA porque el mercado hipotecario, como es a largo plazo, necesita tener una unidad de cuenta y eso no existía en la Argentina. La otra decisión central fue permitirle a los bancos emitir deuda, obligaciones negociables en UVA, o sea se pueden fondear en UVA y prestar en UVA. El problema del sistema financiero es que los depósitos son muy cortos, la gente deposita a 60 días y entonces el banco no va a prestar a largo plazo. Por eso se pensó en esto de emitir deuda más larga para poder fondear préstamos más largos, para que no haya descalce de plazos. Eso formó parte de las discusiones desde diciembre del año pasado en la mesa sectorial de la construcción, y que está integrada además por el Banco Central, la AFIP, las entidades que reúnen a los bancos (Adeba, ABA y Abapra), los gremios de la Uocra y Obras Sanitarias, y la Cámara Argentina de la Construcción y las dos cámaras de desarrolladores privados. El diagnóstico fue que, como desde la obra pública nosotros traccionamos el 25% del mercado de la construcción y el 75% es privado, si no hacíamos que los privados hiciesen vivienda, y vivienda para la clase media, aportando solo UVA iba a ser imposible que se reactive el sector. Por eso, el presidente Mauricio Macri anunció la construcción de 100.000 viviendas en un año, que demandarán un costo de $ 150.000 millones y emplearán a unas 100.000 personas. Pero eso es solo el comienzo, ahora hay que hacer que los impuestos a los ingresos brutos bajen en las provincias. Ya comprometimos a los gobiernos de la Ciudad de Buenos Aires y de la provincia de Buenos Aires. Y no es menor; es el 60% del crédito hipotecario, que está concentrado en estas dos provincias, pero queremos que el 40% restante se sume, porque si no un cordobés, un salteño o un chubutense no va a poder acceder a un crédito. Lo que van a hacer ahora las provincias y la Ciudad de Buenos Aires impacta entre un 15% o 20% en el valor de la cuota, o sea que no es poca cosa en una cuota de $ 6.000 o $ 7.000.

-¿Con el impulso que le está dando el Estado a la construcción de viviendas y al crédito público, la idea es que la banca privada siga esta corriente?

-Sí, totalmente. Nosotros creemos que los tres bancos públicos (Banco Nación, Ciudad y el Provincia) están liderando un proceso estructural de cambio en el mercado hipotecario y estoy seguro que la banca privada lo va a seguir, porque se va a quedar sin clientes, y, de hecho, ya están tomando medidas y van a ir en la misma dirección.

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