Un experto critica la desidia del Estado y la falta de entes descentralizados

Rolando Riera, ex director de Recursos Naturales, plasmó su punto de vista

22 Abril 2017
El deterioro y agotamiento de los recursos naturales renovables y no renovables constituye uno de los problemas más graves que acosan a nuestro país, y muy particularmente a las provincias montañosas como Tucumán, en donde pueden verse casi todos los años, después de lluvias fuertes, la formación de torrentes, aluviones y aludes cada vez más frecuentes y graves que se presentan en el país, que van destruyendo puentes, alcantarillas y caminos, llenando de sedimentos los embalses y ríos con sus consabidos desbordes, que finalizan en las inundaciones por todos conocidas, dijo el ex director de la Dirección de Recursos Renovables, Flora y Fauna de la provincia, Rolando Riera.

A todo esto se suma que pueblos y ciudades son afectados por el avance de las aguas, que los campos se aneguen con la destrucción de sus cultivos y maquinarias, mueran animales domésticos y silvestres y a veces vidas humanas.

“Todo lo ocurrido no son fenómenos naturales, como la mayoría argumenta, sino que se debe a la desidia total de los que gobiernan y el incumplimiento de la normativa que nadie cumple”, afirmó.

Sin duda que muchos de los factures que actuaron para que ocurran estas fenómenos fueron combinándose en el tiempo, para que finalmente ocurran grandes daños y entre ellos están el desmonte y la falta total de reforestación o forestación de zonas sensibles.

Lo real es que “no se foresta como se debe en nuestra región y en el país desde que se intervino el Ifona (Instituto Forestal Nacional)”, en cuyo seno trabajábamos todas las direcciones provinciales de recursos renovables, las empresas madereras, las celulosas, los fabricantes y hasta los sindicatos, para llevar adelantes planes y evitar que se toquen los bosques nativos. Este ente, totalmente descentralizado, tuvo una tremenda importancia para desarrollar la forestación y sobre todo para mantener un equilibrio en el medio ambiente. Antes que se disuelva existía un cupo anual de forestación de 200 ha por año para Tucumán, que fue llevado a 2.000 ha, algo que nunca se llegó a forestar, pero teníamos peso y se trabajaba.

Realmente, antes teníamos instituciones que funcionaban, que nos permitían trabajar sin estar influenciados por la clase política, y actualmente no existen”, y esto lo afirma gente inteligente y honesta.

“Necesitamos de instituciones sólidas y descentralizadas como lo decía Alberdi; La inteligencia desacomoda al poder de turno, lo afirmaba César Milstein; El organismo de control sin poder es una mera hipocresía, dijo Julio Comandría; El principal problema del país es la crisis de sus instituciones, afirma Joaquín Morales Solá; Una dirección provincial debe ser descentralizada, dijo Carlos Páez de la Torre; El saber no ocupa lugar, pero la ignorancia tiene los mejores cargos”, publicó LA GACETA el 3 de enero de 1999.

“El día que tengamos entes autárquicos y descentralizados y que los dejen trabajar, seguramente podremos forestar más y mejor”.

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