Tucumán se despide de Mendoza con una obra política

“Amar amando (o los ojos de la mosca)” implica la séptima participación del director César Romero en el encuentro anual.

RELACIONES COMPLEJAS. “Amar amando” ocurre en el interior de una casa, donde conviven dos familias. RELACIONES COMPLEJAS. “Amar amando” ocurre en el interior de una casa, donde conviven dos familias.

El tucumano César Romero mantiene una vieja relación con la Fiesta Nacional de Teatro. Con su intervención este año, como director de “Amar amando (o los ojos de la mosca)”, es la séptima vez que participa en el encuentro anual. Por este motivo, es saludado constantemente en los días que está viviendo en Mendoza, y que tendrán su broche de oro esta tarde, cuando presente su obra en representación de la provincia.

“Me conmueve enormemente tener la posibilidad de compartir con los compañeros teatristas de todo el país este espectáculo y que el grupo viva la experiencia de hacerlo, porque es un elenco de talentosos artistas (Cristian Benjamín Valdez, Lucas Ferrán Gómez, Ruth María Elisa Pláate, Maxi Sierra, Samuel Cortez, María Alejandra Monteros y Elba Naigeboren, con Franco Ochi Ramacciotti como músico). Nos encontramos expectantes de lo que suceda en el marco de la heterogeneidad de las formas artísticas teatrales que viven en nuestro país”, reconoce a LA GACETA.

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Romero inscribe a su propuesta dentro del teatro de resistencia, en el marco de los discursos políticos que afrontan un amplio espectro de heterogeneidad y singularidad en sus formas. “El teatro político en la actualidad queda sujeto a la fragmentación, de la cual derivarían múltiples formas de sus prácticas. Pero todas buscan satisfacer una práctica política a través de una creación artística profundamente conectada con la vida social y cultural del sujeto”, explica.

A lo largo de los días (estuvo desde el comienzo del festival, el viernes 19) cumplió con su expectativa inicial de compartir y dialogar con otros grupos y de encontrar espacios de intercambios posibles para llevar de gira su espectáculo. “Cada obra refleja siempre lo histórico y lo esencial de cada provincia y región, lo que nos revela la profunda necesidad que tenemos de abrirnos a nuestra visión poética. Más allá de las expectativas y las diferencias que nos separan como hacedores del hecho teatral, compartir expresiones y necesidades nos obliga a posicionarnos con prácticas artísticas que sean creadoras de relaciones nuevas y alternativas entre la realidad del teatro y la sociedad. Por ello es importante tener anualmente un espacio como la Fiesta, que incluye la reflexión crítica, las nuevas posibilidades de existencia y la creación de una nueva conexión con el público”, precisa.

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Para llegar a esta cita, su grupo debió pasar la instancia de selección provincial y ser considerado por un jurado como una de las dos mejores obras realizadas el año pasado en Tucumán (la otra fue “Un tonto en una caja”, que se representó en el Festival hace una semana). Pero el director no cree que ese proceso haya significado una competencia entre los elencos locales: “competir es un verbo que se usa para designar un tipo de acción en la cual se lucha por lograr un objetivo, lo que implica enfrentarse a los otros. Sin embargo, la gran lucha actual es poner el pecho a la realidad económica que sufre nuestro país, lo que nos mantiene creativos para atraer al público a nuestras salas de teatro independiente, ya que la gran tarea es seducir y acercarse al espectador, superarse y mejorar las estrategias de convocatoria, trabajar para ver resultados y no pelearnos entre nosotros sino unirnos”.

Su concepción del teatro, en tanto juego simbólico organizado, posibilita el afianzamiento sistemático de una modalidad reflexivo expresiva que tiene como soporte a la acción. “Es un juego colectivo en el aquí y en el ahora, que sólo puede aprenderse desde el hacer concreto con procesos de relación complejos, que permitan explorar códigos comunicacionales alternativos y con el compromiso del cuerpo en esa tarea”, agrega.

A futuro su abanico de propuestas se abre. Romero está encarando un proyecto con Adrián Pipo Albano, donde será actor y bailarín, mientras que además protagonizará el unipersonal “Tormento O.H.”, que está creando junto con Verónica Pérez Luna sobre Otelo y Hamlet.

Como director hay dos ideas en marcha sin fechas de estreno todavía: una de ellas es “Púa”, a partir de la obra de Henry Miller, y la restante nace de tres personajes de “Amar amando...”. Además, repondrá la obra infantil de su grupo Casa Luján (en un nuevo emplazamiento), “Travesuras en la quinta”, y seguirá con el dictado de talleres y seminarios.

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