La polémica estalló hoy en la sede de la CONMEBOL a partir de un comunicado de prensa. El presidente, Alejandro Domínguez, denunció que una serie de demandas laborales radicadas en Paraguay contra la Confederación, son parte de una campaña coordinada por personajes que durante décadas lucraron con el fútbol y que, siempre según sus palabras, ahora buscan socavar la profesionalización del fútbol sudamericano.
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A partir de la elección de Domínguez en 2016, bajo un mandato de reforma, la nueva administración de la Conmebol contrató a Quinn Emanuel como una reconocida firma anti-corrupción, para hacer una investigación interna del periodo 2000-2015.
La misma incluyó una revisión exhaustiva de todos los contratos de ese período, por lo que las demandas generadas posteriormente constituyen una específica campaña en contra de las nuevas autoridades.