BOGOTÁ.- El Papa Francisco llegó anoche a Colombia con un mensaje de esperanza y reconciliación a la nación dividida por el acuerdo de paz con la guerrilla de las FARC, para acabar con un conflicto que dejó cicatrices en millones de personas.
El avión de Alitalia con el Sumo Pontífice argentino y su comitiva aterrizó en la base aérea militar de Catam, donde fue recibido por el presidente Juan Manuel Santos y su esposa.
Un adolescente que nació cuando su madre, la política Clara Rojas, estaba secuestrada por las FARC, le regaló una paloma blanca en porcelana a Francisco, quien después saludó a niños que lo esperaban.
El Papa observó sonriente un baile folclórico, estrechó la mano a policías y militares que quedaron en silla de ruedas por el conflicto armado de más de 50 años, y luego abordó un papamóvil para ir a la Nunciatura Apostólica por una autopista en donde miles de personas eufóricas recibieron sus bendiciones.
La primera visita papal en 31 años a Colombia se produce en momentos en que el Gobierno y las FARC implementan el pacto firmado en 2016 para terminar un enfrentamiento que dejó al menos 220.000 muertos y más de seis millones de desplazados.
Pero un amplio sector de la sociedad se niega a integrar a las FARC a la vida civil, mientras el Gobierno avanza en otra negociación con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), que de tener éxito llevaría al país a una paz más sustentable.
“Sigan adelante así, no se dejen vencer, no se dejen engañar, no pierdan la alegría, no pierdan la esperanza, no pierdan la sonrisa”, dijo el Sumo Pontífice en la puerta de la Nunciatura, donde calificó de héroes a los jóvenes que lo esperaban con cantos, bailes y regalos.
“Empujón”
El Papa buscará tender puentes en la sociedad colombiana, luego de que 7.000 combatientes de las FARC dejaron las armas y formaron un partido.
La polarización entre los colombianos quedó en evidencia cuando la mayoría rechazó en un plebiscito el acuerdo de paz.
Presionado, Santos modificó el acuerdo. Pero los cambios no llenaron las expectativas de los críticos que insisten en llevar a la cárcel a los jefes guerrilleros e impedirles participar en política.
“Viene a darnos ese empujón hacia la reconciliación. Aprovechemos esta visita para que quienes tengamos diferencias las hagamos a un lado o las respetemos y trabajemos juntos”, propuso el mandatario. (Reuters)