Aseguran que también está afectada la salud de los otros imputados

Varios defensores responsabilizaron por esta situación a la lentitud con que avanza el juicio y hablaron de trastornos físicos y psicológicos.

16 Septiembre 2017

El caso de María Jesús Rivero no es aislado. Gran parte de los defensores de los otros 15 imputados aseguraron que sus representados también padecen problemas de salud y responsabilizaron a la lentitud con la que avanza el juicio.

“Ya cumplimos nueve meses de juicio y se están queriendo investigar causas extrañas al caso, sobre todo desde la UIF. Esto denota un cansancio físico y moral de todos”, sostuvo Manuel Pedernera, defensor del ex policía Hernán Lazarte.

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“Es un gran desgaste y deterioro. Todos los imputados sufrieron padecimientos, incluso sus familias. La señora de mi defendido está con tratamiento psicológico y uno de sus hijos estuvo afectado en el estudio. Mi defendido bajó de peso y estuvo con tranquilizantes”, aseguró el letrado.

Una situación similar expuso Alejandro Biagosch, quien representa a los imputados Rubén “la Chancha” Ale y María Florencia Cuño. “Mis defendidos tienen que tomar pastillas para poder dormir. A Rubén Ale le sube la presión y el nivel de azúcar”, contó.

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El letrado apuntó al tiempo que llevan de debate. “Todo esto ocurre por una prolongación indebida del juicio por parte del ministerio público y la querella”, afirmó. “El señor Ale sufre comorbilidad: tiene apnea del sueño, mal de parkinson, obesidad mórbida e hipertensión. Cualquiera de estas enfermedades, en cualquier momento, le pueden causar la muerte”, dijo.

En cuanto a su hermano, Ángel “El Mono” Ale, el abogado Cergio Morfil remarcó: “le afecta mucho el encierro, sobre todo cuando se sabe que no hicieron nada y te inmovilizan los bienes. Él tiene todo por haberlo hecho trabajando, tiene muchas actividades con el tema de la caña. A él lo tuvieron que operar varias veces durante el proceso”.

En el caso del imputado José Augusto Lucero, uno de los pocos que permanece en libertad, su abogado Juan Robles aseguró que no consigue trabajo. “Está escrachado, tiene una madre muy enferma, su esposa está mal, las chiquitas están con contención psicológica y él está muy deprimido. Tiene una impotencia total por estar desde tantos meses en semejante juicio. ¿Quién paga todo esto? Esto ocurrió por la dependencia del juez Fernando Poviña al poder nacional y a la Fundación Marita Verón”, disparó el letrado.

Por último, Ernesto Baaclini se refirió a su representado, Roberto Dilascio. “Emocionalmente está afectado. Su afectación es moral, de él y de su familia. Tuvo picos de presión alta, está en tratamiento, tuvo que ir de urgencia hace 45 días al hospital Avellaneda. No disponer de su libertad lo tiene así”, sostuvo.

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