Una democracia más saludable

La democracia tucumana se fue a dormir anoche algo más sana que en los últimos 34 años. Los ciudadanos pudieron ver en un debate a los principales candidatos de todas las fuerzas que se medirán el domingo en las urnas.

Muchos tucumanos se fueron a dormir tomando decisiones: ratificar, cambiar o definir el voto con más información que la que tenían. Antes, no pocos protagonizaron su propio debate en las redes sociales. En Twitter, #PanoramaTucumano fue tendencia nacional una vez más. Quedó probado que la política interesa. Salud por eso.

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La discusión también mostró dos modelos políticos en tensión.

En sí mismo, un debate aporta al control prospectivo, a futuro, de los representantes. El elector escucha propuestas y funda su decisión con mucho más que emotividad: votará al que lo convenza también en el plano racional. Eso se vio en la parte estructurada y moderada del debate.

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En los segmentos de debate libre se vio lo contrario: sólo hubo lugar para indignar e indignarse. Para que predominaran las emociones sobre los argumentos. Y, por ende, para que el control popular de los representantes sea retrospectivo: aval o castigo respecto de lo que se ha hecho o no se hace, sin que las propuestas importen mucho.

La política muta de manera compleja. Pregona una simpleza que, en contraste, no basta para abarcarla. Entonces, ofrece una cara con poco espacio para la razón. Pero también enseña un rostro virtuoso. A partir de las nuevas dinámicas, el peronismo se avino a discutir. Entonces, el debate fue completo. Y, aunque sea por una noche, la democracia local también lo fue.

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