Pasan las gestiones municipales y el Mercado del Norte está cada vez más deteriorado

El Mercado del Norte forma parte del patrimonio histórico de la provincia, pero el paso del tiempo y la falta de mantenimiento lo han deteriorado. Durante las últimas cuatro décadas, distintos funcionarios a cargo de la intendencia han anunciado obras de modernización que nunca se concretaron.

09 Noviembre 2017

Hace 60 años que para Miguel Ángel Esquerraa es una costumbre comer dos porciones de pizza y tomar dos vasos de gaseosa en el Mercado del Norte a media mañana, antes de regresar a su casa ubicada en el barrio Kennedy. Es que desde que tenía ocho años que su mamá lo llevaba a hacer las compras para el hogar. El paisaje a su alrededor luce desmejorado en comparación del aspecto que tenía cuando iba de chico, porque a pesar de haber sido inaugurado hace casi 80 años, el Mercado nunca fue modernizado ni debidamente mantenido. A Miguel le gustaría verlo en mejor estado. “Habría que remodelarlo, pero sin perjudicar a nadie de la gente de acá (los puesteros). Estoy acostumbrado a esto, pero sería muy bueno que se actualice”, opinó, en diálogo con “Panorama Tucumano”, el programa de televisión de LA GACETA.

La historia del Mercado del Norte está plagada de conflictos, marchas y contramarchas (ver destacado). Las promesas de modernización -que no se cumplieron en su totalidad- fueron un común denominador entre Oscar Paz (1998), Jorge Uasuf (1999), Raúl Topa (2000), Antonio Alvarez (2002), Marta de Ezcurra (2003), Antonio Bussi (quien no llegó a asumir pero hizo anuncios en campaña), Domingo Amaya (2004 y 2008) y el actual intendente Germán Alfaro (2015).

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El deterioro del edificio y la reducción de los locales -eran 247 y hoy son 210- disminuyó la cantidad de gente que entra al Mercado, según informó Juan Carlos Castelli, administrador municipal del lugar. En el 2008, los puesteros hicieron un cálculo que reveló que ingresaban alrededor de 50.000 personas por día (la cifra no se refiere sólo a los que entran a comprar, sino también a quienes usan el lugar como un atajo). En la actualidad se estima que acceden entre 15.000 y 20.000 personas, afirmó Castelli.

El hombre lamentó que cada vez sean menos los empleados municipales que trabajan en el lugar: en un principio eran 57 (entre plomeros, pintores, electricistas, etcétera) y hoy son 10, porque la Municipalidad no reemplazó a los que murieron o se jubilaron. Es por eso que los puesteros se encargan de la seguridad y la limpieza del edificio, comentó. “No tenemos nada, ni siquiera una máquina de escribir en la oficina. Hace cinco años que la Municipalidad no nos da ropa”, reclamó Castelli, que reveló que no tiene contacto con el municipio “porque no lo atienden”.

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El Mercado del Norte tiene tres niveles y un subsuelo que está inundado hace más de 10 años, donde “hay ratas y cualquier cosa que uno se pueda imaginar”, confesó el administrador, que no dejó ingresar a LA GACETA al subterráneo.

En la planta baja del edificio están los locales, donde se calcula que trabajan entre 900 y 1.000 personas entre los 95 negocios -llegó a haber 150 locatarios cuando se lo inauguró-. En los locales del interior y del exterior se puede comprar todo tipo de carnes, verduras, productos regionales y comer minutas. En el primer piso hay oficinas abandonadas.

En los últimos 30 años, la Municipalidad intentó en distintas oportunidades privatizar y vender el Mercado, lo que crispó la relación entre los puesteros y el municipio.

El conflicto más reciente se produjo entre 2008 y 2009, cuando se quiso desalojar a los comerciantes y llamar a una licitación para construir un centro comercial. Pero en mayo de 2009, la Comisión de Patrimonio de la provincia dictaminó que el edificio debía seguir cumpliendo su rol de mercado minorista.

Desde ese momento, el Municipio no les recibe dinero a los locatarios, según comentó Ramón Nieva, presidente de la Unión de Puesteros y Trabajadores. “Estamos en una situación irregular porque la Municipalidad misma nos llevó a esa situación. Nosotros solicitamos en reiteradas oportunidades pagar el canon de locación que corresponde y no nos hacen lugar”, comentó.

“Queremos que a aquel vecino que no cumple, la Municipalidad le diga: ‘usted no me pagó tres meses, afuera”, explicó, y sostuvo que la asociación civil que preside no quiere proteger a nadie ni vivir de regalo, sino pagar lo que corresponde de acuerdo a pautas comerciales o de locación.

A pesar de los años de distanciamiento con la Municipalidad, Nieva se mostró esperanzado de poder recomponer la relación: “Creemos que con la nueva gestión, con Germán Alfaro, podríamos llegar a un acuerdo viable para el municipio, para nosotros y para el bien de la comunidad. Porque esto es patrimonio de todos los ciudadanos”, expresó.

Mientras tanto, la infraestructura del Mercado del Norte continúa luciendo deteriorada, como anclada en el pasado, a la espera de que se cumplan los anuncios realizados.

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