El físico ya no se cuida como antes en Atlético

Alfonso Meoni, el “PF” “decano” cuenta cómo entrenó al equipo en la previa de una temporada que tendrá varias competencias.

BUEN CLIMA. Los jugadores aprovecharon el sol que bañó la ciudad de Buenos Aires durante todo el día para entrenar muy cerca del lago de los bosques de Palermo. Hoy jugarán en La Plata, ante Gimnasia.  la gaceta / fotos  de leo noli (enviado especial) BUEN CLIMA. Los jugadores aprovecharon el sol que bañó la ciudad de Buenos Aires durante todo el día para entrenar muy cerca del lago de los bosques de Palermo. Hoy jugarán en La Plata, ante Gimnasia. la gaceta / fotos de leo noli (enviado especial)

Sin mencionarlo, Alfonso Meoni parece haber adoptado la misma doctrina de paz que Ricardo Zielinski. Uruguayo de nacimiento, pasional de por sí, confiesa haber chocado una que otra vez con el técnico cuando recién comenzaba a forjarse la relación laboral. Sin embargo, el preámbulo real de Meoni habla de su agradecimiento hacia el técnico de Atlético. “Me llamó para trabajar con él sin siquiera conocerme. Lo hizo por recomendación y acá estamos juntos, desde 2010”.

El preparador físico de Atlético y mejor amigo de los jugadores hoy, romperá con varios mitos del viejo fútbol, aquel que pregonaba el entrenamiento a partir de convertir a los futbolistas en atletas de fondo, de maratones.

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Es decir, se acabó el mito de que las pretemporadas deben comenzar con semanas de carreras de fondo. “No es que se rompe, la realidad es otra”, aclara. “Las pretemporadas se han acortado debido a los calendarios acotados, a los amistosos y debido a que hay muchos compromisos con los patrocinadores. Entonces, hay que jugar y jugar, y uno se tiene que preparar y adaptar a eso”.

El 4 de enero pasado, el “Decano” inició la pretemporada en el complejo de Ojo de Agua. Hubo un día de testeos físicos y al siguiente, llegó el doble turno con la pelota de mejor aliada. “Yo trabajo para que los jugadores rindan, para que no les falte nada”, dice Meoni, un estudioso del fútbol moderno. Porque este fútbol es bien diferente, incluso, al de una década atrás. “En líneas generales, el desgaste no ha variado en los últimos 10 años. Lo que sí cambió es la intensidad con la que se juega. Por eso, a veces se apunta más al trabajo de alta intensidad que al de antes, cuando se trataba de correr y correr”, reconoce el profesor, que ha sabido domar sus emociones al estilo del “Ruso”. “Tiene una paz envidiable. Sabe transmitirla”.

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El preparador físico no es sólo eso hoy. Debe ser amigo del jugador, psicólogo y también algo así como su conciencia. Es que si ellos se lesionan, la culpa será del “profe”. “Sí, sí. El preparador físico es el responsable. Pero cuando analizás el fútbol como un todo, la preparación no sólo es física; también debe ser técnica, táctica, psicológica, etcétera. Todo influye al físico -sigue-. Desde una buena alimentación hasta un buen descanso”.

Y como un acto reflejo de honestidad, Meoni cuenta que entre los “PF” se hablan para definir los pasos a seguir en cada pretemporada. “Nos preguntamos qué hacer, si bajamos las cargas o no”.

Un acierto de la tecnología aplicada al deporte es el GPS. “Es una arma de gran utilidad, ya que te puede dar mediciones de todo el trabajo que hace el jugador en la semana. También te da las mediciones de los partidos, su rendimiento físico. Esos datos nos sirven para luego hacer una medición gobal. Lo bueno de todo esto es que pudimos bajar aparatos a las formativas del club. De esta manera podremos elaborar un perfil fisiológico de los jugadores y crear una base de datos importante”, sostiene Meoni.

La reducción de las pretemporadas le ha dado un margen de riesgo mayor a la lesiones, explica luego Meoni. “El número ha aumentado en los últimos años, por la intensidad con la que se juega. Y si tenés doble competencia, el riesgo es mayor; se duplica respecto a los que tienen una sola”, rezonga el hombre, porque Atlético es uno de los clubes que verá muchísima acción en el semestre.

“En cuatro meses jugaremos unos 21 partidos oficiales, lo que da un promedio de un partido cada cuatro o cinco días. A eso, sumale los viajes, el cansancio. Es mucho, sí, pero a su vez, reconozco que es reconfortante. Atlético es hoy una vidriera para todos y nosotros estamos en un lugar privilegiado”.

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