Descontrol con los cuatriciclos en los Valles

Los cuatriciclos circulan por Tafí del Valle violando las normas de tránsito. Ayer no se detectaron controles, ni en el centro ni en la ruta.

CON TRES NIÑOS A BORDO. La foto fue tomada en pleno centro de la villa. la gaceta / fotos de diego aráoz CON TRES NIÑOS A BORDO. La foto fue tomada en pleno centro de la villa. la gaceta / fotos de diego aráoz
28 Enero 2018

No hizo falta proporcionar mayores detalles: la potencia de la imagen viralizada durante los últimos días lo dijo todo. Un cuatriciclo de alta cilindrada, en plena ruta 307 y con más de 10 chicos a bordo, simbolizó el descontrol que impera en todo lo referido a estos vehículos, declarados de máxima peligrosidad por el Centro de Experimentación y Seguridad Vial (Cesvi). Una recorrida por Tafí del Valle permitió ratificar ayer que los “cuatris” circulan libremente, violando todas las normas de tránsito, y que ninguna autoridad se encarga de regularlos.

LA GACETA detectó numerosos cuatriciclos circulando por distintas zonas, desde el microcentro de Tafí del Valle, pasando por los barrios, hasta la ruta que une esa localidad con El Mollar y que se extiende, hacia el norte, rumbo al Infiernillo, Amaicha y Cafayate. En la abrumadora mayoría de los casos se repitieron las irregularidades: conductores y acompañantes sin casco y sin la protección ocular que indica la normativa; grupos de tres, cuatro o cinco personas a bordo; falta de chapa patente. También se exige que la verificación técnica vehicular (VTV) esté al día.

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En la villa se sabe cuáles son los sectores por los que proliferan los “cuatris”. En las calles adyacentes al Club de Veraneantes, en especial las que llevan a la terminal, los aceleradores suelen funcionar a fondo. También El Churqui es campo fértil para las maniobras arriesgadas, aunque la pavimentación de algunas calles “corrió” a los pilotos.

Está comprobado que las piruetas a bordo de los “cuatris” son una invitación al peligro. En diciembre pasado, Hernán Robert, un marplatense de 30 años, murió cuando intentaba dar un salto. Otra tragedia se produjo hace pocos días en la costa: un niño de siete años que manejaba un cuatriciclo (Franco Catanzaro) fue embestido por otro de mayor envergadura. Falleció en el acto. Estos casos provocaron una reacción del Gobierno nacional, que por medio de un decreto estableció estrictas medidas de seguridad para permitir la circulación de los “cuatris”. Pero para que surtan efecto son imprescindibles las inspecciones.

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“En Tafí del Valle están prohibidos los cuatriciclos. Nosotros estamos haciendo controles en el microcentro junto a la Policía de la Provincia”, le había dicho el viernes a LA GACETA el intendente, Manuel Yapura Astorga, cuando se lo consultó por la foto viralizada de los chicos subidos al vehículo de alta cilindrada en la ruta. “Me llama la atención”, subrayó en ese momento. Ayer no se detectaron controles, ni en el centro ni en la 307. Es más, una de las imágenes captadas por LA GACETA muestra un cuatriciclo circulando en infracción frente a un inspector de tránsito, que parece mirar para otro lado (ver tapa del diario).

No sólo los “cuatris” recorren la zona transgrediendo las normas. Lo mismo pasa con las motos de enduro, con el agravante del ruido que hacen los escapes. Claro que estas prácticas no son exclusivas de Tafí del Valle. Se repiten en San Pedro de Colalao (con el agravante de que allí murió una adolescente a bordo de un cuatriciclo, en 2014), en otras zonas de veraneo y en San Miguel de Tucumán y los municipios del conurbano.

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