“Me siento Chilavert en La Bombonera”, dijo el defensor del imputado Di Lella

Gustavo Morales se definió como un estudioso en la sala

JUICIO “LEBBOS”. Morales dialoga con su colega, Silvia Furque. la gaceta / foto de jorge olmos sgrosso JUICIO “LEBBOS”. Morales dialoga con su colega, Silvia Furque. la gaceta / foto de jorge olmos sgrosso
08 Febrero 2018

Gustavo Morales aclaró que se trata de un estilo, que incorpora un poco actuación en medio de la sala de juzgamiento. Este sello puede gustarles o no a los magistrados, a los fiscales y a sus colegas, pero remarcó que le trajo “buenos resultados”.

“Me siento muy cómodo, porque lo único que estoy haciendo es cumplir con lo que enseñaba un reconocido procesalista uruguayo (Eduardo Juan Couture Etcheverry), quien escribió los mandamientos del abogado. Los tres primeros son fundamentales: estudiar, trabajar, pensar. En una segunda lectura, soy un gran lector y portador de una biblioteca importante, heredada de mi abuela y mi padre, quien fue funcionario judicial. Como heredero y lector de (Jorge Luis) Borges, imagino el paraíso, justamente, en forma de biblioteca. Estar en el paraíso es estar en mi biblioteca”, dijo el abogado, quien se presenta ahora como defensor de uno de los imputados por encubrimiento, Eduardo Di Lella, en el juicio oral por el crimen de Paulina Lebbos.

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-Todo eso lo lleva a la sala de audiencia…

-Estudio y constato si hay normas que son inconstitucionales y anticonvencionales, o si el procedimiento está bien o mal hecho. No vengo a sentarme para repetir lo mismo. Hago planteos innovadores. Por supuesto, uno pone en crisis al sistema con esto y genera irritaciones y molestias, como también admiración de algunos jueces. Al rol de defensor lo comparo con un arquero, más que un defensor de fútbol. Y no es agradable ser defensor cuando se está en situaciones complejas, como el caso “Argañaraz” o “Aráoz”. Me imagino ser el arquero de Vélez, José Luis Chilavert, en “La Bombonera”. Cuál es mi actitud como defensor desde el punto de vista técnico: la misma que la de Chilavert como futbolista, es decir, no le doy la espalda a la hinchada de Boca y no le doy la espalda a la sociedad. La miro de frente, a los ojos. Así me convierto en un director de orquesta como lo hacía Chilavert a la hinchada rival.

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-¿Le funcionó esa estrategia?

-El estudio me da una tranquilidad económica, tanto el bufet jurídico como mi estudio de libros. No dependo de la administración pública. Jamás he tenido asesoría. Es más, no tengo vocación de ser integrante del Poder Judicial o del Ministerio Público. Lo sería en caso de que se ponga en vigencia el sistema “adversarial”, pero no tengo vocación de ser juez porque no he nacido para enjaular a seres humanos. Tampoco tengo vocación para ser fiscal, ya que tiene que responder a un verticalismo con el que no estoy de acuerdo.

-¿Por qué?

-Si yo fuera fiscal y tuviera como jefe a Edmundo Jiménez, directamente, renunciaría. La sociedad valora a la corta o a la larga, y podrá o no gustar, la coherencia. Y lo soy. Hay otra cosa que me caracteriza y es ser frontal, que significa a la vez no ser traidor y no ser cobarde.

-¿Qué le dijeron los jueces?

-Me felicitan y, a veces, me dicen: doctor, podría haber planteado una o dos nulidades menos, pero no más.

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