El papa Francisco permitirá que los cardenales con responsabilidades de gobierno en la Curia romana y los encargados de los Dicasterios (ministerios vaticanos) sigan en funciones después de los 75 años, según un decreto pontificio publicado hoy.
A través del motu proprio "Imparare a congedarsi" ("Aprender a despedirse"), el pontífice modificó la norma que obligaba a los purpurados y obispos con altas funciones a presentar la renuncia a sus cargos al llegar al límite de 75 años.
En su artículo 2, la norma establece que los jefes de Dicasterios (ministerios) vaticanos ya no cesan "ipso facto" en sus funciones al llegar a los 75 años, sino que deben presentar la rennucia al pontífice, que tendrá la libertad de aceptarla o rechazarla.
Entre los considerandos, Francisco planteó que "cada prórroga eventual podrá comprenderse solo por motivos siempre ligados al bien común de la Iglesia", informó Télam.
En ese marco, a la hora de proponer causas para la posible postergación de las renncias, Bergoglio destacó "la importancia de completar adecuadamente un proyecto positivo par la Iglesia", la "conveniencia de asegurar la continuidad de obras importantes" o "algunas dificultades ligadas a la composición del DIcasterio en un período de transición":
Así, Jorge Bergoglio evita desprenderse de alguno de sus más cercanos colaboradores, como el responsable de la "inmobiliaria vaticana" APSA, Domenico Calcagno y el gobernador del Estado Ciudad del Vaticano, Giuseppe Bertello, que en las últimas semanas superaron los 75 años.
Con el nuevo decreto, hay dos argentinos que también se vieron beneficiados: el cardenal Leonardo Sandri, prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, que cumple 75 años en noviembre; y el canciller de la Pontificia Academia de Ciencias, Marcelo Sánchez Sorondo, que había llegado a la edad tope en septiembre pasado.