Sánchez llamó a los diputados a votar contra el aborto

El primer tedeum del arzobispo de Tucumán tuvo un fuerte mensaje político: les pidió a todos los diputados tucumanos que rechacen el proyecto de interrupción voluntaria del embarazo, que se tratará en la Cámara Baja del Congreso el mes que viene. Manzur y Alfaro tildaron de brillante la alocución

EL ARZOBISPO CON EL GOBERNADOR. El pastor Carlos Sánchez bendice al mandatario Juan Manzur en la Catedral. la gaceta / foto de Analía Jaramillo EL ARZOBISPO CON EL GOBERNADOR. El pastor Carlos Sánchez bendice al mandatario Juan Manzur en la Catedral. la gaceta / foto de Analía Jaramillo
26 Mayo 2018

A menos de un mes de la fecha confirmada para tratar en sesión el proyecto de legalización del aborto en la Cámara de Diputados de la Nación, el arzobispo Carlos Sánchez llamó por su nombre de pila a los nueve diputados tucumanos y les pidió que voten en contra de la iniciativa de interrupción voluntaria del embarazo. El tedéum por el 25 de Mayo de la máxima autoridad eclesiástica tucumana estuvo cargado de críticas a la situación social y económica provincial, y realizó una fuerte bajada de línea política sobre el debate en el Congreso.

“Yo, Carlos Alberto, quiero llamarlos por su nombre a ustedes, Beatriz, Teresita, Gladys, Alicia, José Fernando, Facundo, Pablo, Marcelo y José, diputados tucumanos, para decirles que tienen un nombre porque tienen vida y tienen la responsabilidad que les ha confiado el pueblo tucumano: voten por la vida, por el cuidado y defensa de la vida de todo argentino porque vale toda vida”, fue el corolario del mensaje del arzobispo, dirigiéndose a Beatriz Ávila, María Teresita Villavicencio, Gladys Medina, Alicia Soraire, José Fernando Orellana, Facundo Garretón, Pablo Yedlin, Marcelo Santillán y José Cano, para pedirles que voten en contra del aborto durante la sesión, prevista para el 13 de junio.

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El mensaje del líder de la Iglesia Católica Apostólica Romana fue bien recibido por el gobernador Juan Manzur (PJ) y por el intendente de la capital, Germán Alfaro (Cambiemos). Ambos coincidieron en su apreciación de la homilía: “brillante”.

“Ha sido una homilía brillante de nuestro arzobispo, lo hemos escuchado todos. Vuelvo a reiterarlo, lo digo como gobernador de la provincia: estoy en contra del aborto. Como dijo su excelencia, nuestro arzobispo, toda vida vale. Digo lo mismo”, sentó postura el gobernador a la salida de la Catedral. ¿Les dará mandato libre para votar a los diputados luego de que el arzobispo les pidiera a los nueve diputados que voten contra el aborto?, le consultó LA GACETA. “Su excelencia fue claro, dijo que defendamos la vida. No estamos en contra de nadie. Estamos en defensa de la vida”, eludió el gobernador. Y agregó: “como decía su excelencia, tenemos que estar y cuidar también a los grupos más vulnerables, es mucho lo que falta. Es el compromiso que asumimos desde el gobierno”.

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“Las palabras del arzobispo han sido brillantes. Solamente un hombre brillante puede decir lo que dijo. Un hombre que lo dijo desde el corazón”, compartió el jefe municipal. “(Sánchez) habló de la vida desde la gestación, de la vida de los jóvenes, de cómo cuidar a quienes padecen la droga, de la vida de los abuelos. Habló del valor de la vida. Sus palabras no tuvieron desperdicio. Es un hombre con autoridad moral”, finalizó Alfaro.

Primer tedeum

“Porque somos hogar, familia y hermanos, nacidos en esta bendita tierra, anhelamos ser una nación que escuchemos los gritos de los hermanos que sufren, los ignorados, marginados, excluidos, despreciados y no apaguemos, con la muerte, la voz de los que no tienen voz pero que late su corazón en el seno materno; luchemos por vivir en libertad sin que los goles del mundial hagan callar esas voces”, inició su mensaje el arzobispo. Y agregó: “soy argentino y tucumano y me duele Argentina y Tucumán, como seguramente a muchos de ustedes”.

Se trató del primer tedeum como arzobispo de Sánchez, quien el año pasado reemplazó a Alfredo Horacio Zecca. Sánchez desarrolló su mensaje en torno a un eje: “la progresiva pérdida de valor de la vida”. Entre los argumentos, se centró en la preocupación por la pobreza estructural y la marginalidad en la provincia.

“Somos testigos y nos duele ver cada día más hermanos que no pueden acceder a lo mínimo que corresponde a su dignidad personal. Un lugar donde vivir, un trabajo digno, un pedazo del pan cotidiano y la paz para el hogar. Me duele y creo que también a ustedes, ver a tantos niños, jóvenes y adultos en las calles de Tucumán pidiendo, revolviendo la basura, limpiando parabrisas, vendiendo golosinas, tirados en las veredas. Vale toda vida”, continuó el arzobispo.

Luego planteó su preocupación por el avance del narcotráfico y recordó una anécdota cuando visitó un centro de tratamiento con internación para adictos. “Duele que para tener un poco de dinero cuántos caen en el narcomenudeo, la prostitución y la trata, fruto del desempleo, la necesidad y el facilismo de obtener dinero. Y la criminalidad de los que usan esos males sociales para enriquecerse. Es necesario que todos nos comprometamos para que la pobreza estructural y radicalizada sea superada con iniciativas de cercanía, compromiso y generosidad, tanto del Estado como de los empresarios y de todos los tucumanos. No es posible morirse de hambre en la tierra bendita del pan”, insistió la máxima autoridad provincial de la Iglesia.

“Hace poco fui a un centro de tratamiento de adicciones y los changos me decían: ‘Carlitos, hace mucho que no me festejaban un cumpleaños”, recordó Sánchez.

Inseguridad y violencia

El arzobispo también se refirió a la violencia en la sociedad y a los delitos en las ciudades de la provincia. Aprovechó para reiterar en cada punto la fórmula “vale toda vida”. “La inseguridad y la violencia que se experimentan cotidianamente en Tucumán nos enfrenta y de tal manera que nos expone a la destrucción de nuestras vidas. Nos hace pensar que el otro es una amenaza y un enemigo. La falta de diálogo, convivencia y escucha generan violencia en la sociedad, donde la ley del más fuerte prevalece sobre el más débil”, planteó el arzobispo. Y continuó: “vale toda vida, la del que padece adicción como la del que delinque, la del agente de seguridad como la del que está privado de libertad, la del empleado, el trabajador, la mujer, el varón. Vale toda vida”.

Solidaridad

El final del tedéum se centró en el pedido a los diputados nacionales. “Hay muchos héroes anónimos que gastan sus vidas en entrega generosa a los hermanos y muchas veces no son noticia ni lo quieren ser. La palabra de Dios nos invita a revestirnos de sentimientos de profunda compasión, practicando la benevolencia, la humildad, la dulzura y la paciencia. Soportándonos y perdonándonos mutuamente”, insistió. Y finalizó: “roguemos al Señor que ilumine la mente y guíe la voluntad de los legisladores para que, como ese puñado de argentinos de mayo de 1810, tomen la valiente decisión de asumir la responsabilidad de legislar por el bien de todos los argentinos, porque vale toda vida”.

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