Por Nicolás Iriarte
15 Septiembre 2018
El simoqueño tuvo otra gran noche y la gente lo ovacionó. LA GACETA/FOTO DE HÉCTOR PERALTA
Como si fuera un paquete turístico, Atlético compró ante Tigre un voucher de dos noches en la cima de la Superliga. Por lo menos hasta que mañana juegue Racing (el lunes lo hará Central, el otro equipo que pueda pasarlo). Y pese a la fuerte crisis actual, era algo a lo que antes no hubiese podido acceder. Hoy no sorprende que esté en lo más arriba del fútbol argentino.
¿Por qué no, si es uno de los representantes argentinos entre los ocho mejores equipos de América? No hay nada que se lo impida y si sigue así, lo que parece una vacación, pueda ser parte de su vida habitual. Aquí los puntajes de anoche:
Cristian Lucchetti (8): segundo penal que ataja en la Superliga además de terminar con el arco en cero.
José San Román (6): correcto partido del lateral, que cerró su sector y se proyectó cuando pudo.
Jonathan Cabral (7): controló a Vera, la referencia de Tigre en ataque y despejó todo por arriba.
Andrés Lamas (7): Echenique le cobró “codo”, pero a lo sumo la pelota le dio en el antebrazo.
Mathías Abero (6): se recuperó tras la última expulsión. Desbordó y no lo desbordaron.
Guillermo Acosta (8): hermoso pase para el último gol de “Pulguita”. Otro gran partido del “Bebé”.
Nery Leyes (7): reemplazó a Mercier con mucha altura. Quitó, metió y corrió como siempre.
Rodrigo Aliendro (7): su aporte fue más defensivo que ofensivo pero lo hizo a la perfección.
Gervasio Núñez (6): rápido para recibir el pase de Acosta en el primer gol y asistir al “Pulguita”.
Luis Rodríguez (10): partido perfecto para el simoqueño. Marcó tres goles y de diferente factura. Aplausos.
Mauro Matos (8): trabajo silencioso pero valorado. Pivotea y baja todas las pelotas que le llegan.
Favio Álvarez (5): sigue tratando de reinsertarse en el equipo tras su inactividad.
David Barbona (-): entró para hacer descansar a Acosta y sumar minutos. Cumplió con su labor.
Leandro Díaz (-): Zielinski no quiso terminar el partido con un solo punta y lo mandó al “Loco”.
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