03 Octubre 2018
Marcelo Allasino le dice a LA GACETA que la crisis que se vive en el Instituto Nacional de Teatro que él dirige no es nueva, sino que es recurrente y cíclica: “hay un enfrentamiento histórico entre una fracción liderada por (el secretario general del INT) Miguel Palma y los directores ejecutivos, sea quien sea; lo padecieron Guillermo Parodi, José María Paolantonio y Raúl Brambilla (todos ellos renunciaron). Del otro lado hay un empecinamiento alarmante”.
“En febrero iniciamos un cruce total de datos para determinar si había casos de incompatibilidad en la función pública por acumulación de cargos y aparecieron 29 situaciones que se investigaron. La Oficina Nacional de Empleo Público determinó que hay irregularidades en los casos de Miguel Palma y de Gabriel Arias, y hay otros que se siguen estudiando”, puntualiza.
- ¿Hay algún caso de Tucumán entre los expedientes que siguen siendo tramitados?
- Sí. El de la representante del quehacer teatral nacional Nerina Dip. Estamos esperando la certificación de la Universidad Nacional de Tucumán sobre la carga horaria que desempeña. La normativa es muy clara, permite que hasta 12 horas cátedra en la docencia no sea incompatible.
- ¿Cómo surgen los planteos?
- En las provincias hicimos capacitaciones para concursos de representantes del INT y nos llegaron denuncias de funcionarios de nuestro organismo que además tenían cargos provinciales, con sueldos en los dos lados. Cuando se determina la anomalía, se les da un plazo de cinco días para que opten por un cargo o el otro; hasta que decidan a cuál renunciar, cesan en su función.
- Se denuncia que habrá un recorte en los subsidios para 2019.
- Las versiones de que habrá menos dinero para el INT son absolutamente falsas y erróneas. Hay funcionarios que están confundiendo a los teatristas del país, Palma entre ellos. Contamos con el gran beneficio de tener la ley 24.800 que establece las fuentes de financiación del instituto; no dependemos de la voluntad política de un Gobierno. Históricamente, en cuatro regiones jamás se agotaron los presupuestos para subsidios ni becas, no se gasta ni el 50% de lo previsto. Lo que no se dice está relacionado con los planes políticos que tienen los representantes provinciales, son sus enfoques particularísimos.
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