Angela Merkel en la cuerda floja

Alo largo de los últimos 13 años, Angela Merkel ha sido claramente la figura política dominante en el complejo escenario europeo. Desde el acceso de Donald Trump al poder en los Estados Unidos, ella ha sido además la más importante defensora del orden internacional edificado por los propios Estados Unidos luego de concluida que fuera la Segunda Guerra Mundial. Una suerte de garantía de sensatez, estabilidad y predictibilidad. Inmune a la tentación del populismo. No es poco. Es, además, la más importante defensora de los valores centrales que caracterizan a Occidente.

Pero nadie es eterno. Tampoco la señora Merkel. La cesantía reciente de uno de sus principales colaboradores en el escenario doméstico, Volker Kauder, sugiere que la líder europea acaba de ingresar a una situación particularmente delicada, que podría terminar desplazándola del centro de la escena. En efecto, existe la sensación de que la Canciller alemana de pronto enfrenta una rebelión en su propia tropa, visiblemente insubordinada. La Sra. Merkel puede sobrevivir a lo que sucede, o no, lo que no depende de ella sino de los integrantes de la coalición que la llevara y mantuviera en el poder.

El tema más urticante que ha provocado el descontento es ciertamente el de la inmigración proveniente de Medio Oriente que, en el 2015, llegara masivamente a Alemania, que mantuvo sus puertas abiertas, sin preocuparse por la defensa de su identidad, en modo alguno.

La coalición de gobierno enfrenta elecciones ya cercanas en dos estados claves: Bavaria y Hesse. De sus resultados parece depender la continuidad de la Canciller. Muchos suponen que el período en curso podría ser el último en el que la Sra. Merkel mantenga el timón de Alemania en sus manos. Ya no es imposible pensar en que la Sra. Merkel podría perder un eventual voto parlamentario de confianza.

La señal más evidente de que la coalición de gobierno está en ebullición la proyectó la reciente elección de su nuevo líder parlamentario. Curiosamente, la rebelión parece estar impulsada por los miembros más conservadores de esa coalición. Volker Kauder acaba de ser reemplazado en el liderazgo del Poder Legislativo alemán por Ralph Brinkhaus, que hasta ahora fuera uno de los principales asesores del mencionado Kauder. La columna vertebral parlamentaria que hasta ahora sostuvo férreamente a Angela Merkel ha modificado su liderazgo y el endoso incondicional a la Sra. Merkel podría de pronto estar en peligro.

Mientras tanto, el extremismo ha crecido en Alemania. Un 13,4% de los entrevistados dice abrazar el populismo de derecha y un 9% se dice parte del populismo de izquierda. Hablamos de, en conjunto, el 22,4% del universo de votantes. Casi la cuarta parte del mismo, en consecuencia. Pese a lo cual es cierto que Alemania es la garante de la democracia en Europa y del clima político de moderación que la caracteriza.