Un tucumano fanático de River se fue a España, donde estará sólo 72 horas, para la final

Un tucumano fanático de River se fue a España, donde estará sólo 72 horas, para la final

“Tuve una corazonada. Algo me decía que no viaje y no viajé”, confiesa sobre el partido que debió jugarse en Buenos Aires el sábado 24 de noviembre, el concepcionense Eduardo Carrizo desde Madrid. Allí sí viajó y allí -si finalmente los planetas se alinean y lo permiten- donde se jugará el partido de vuelta de la final de la Libertadores.

El joven de 28 años, nacido al sur de esta provincia, es fanático de River y desde el banderazo realizado por miles de sus pares en la Puerta del Sol, habla con LG Deportiva sobre cómo la suerte o su intuición, tal como él lo cuenta, le jugó una buena pasada.

“Tenía la chance de ir al Monumental pero nunca pensé en ir. No se me pasó por la cabeza en ningún momento. Decidí verlo en mi casa con mis amigos”, agrega Carrizo acerca del partido frustrado por los incidentes. Hasta ahí no sabía el porqué de esa postura suya hasta que supo de la suspensión y -al menos en su cabeza- todo encajó: su sexto sentido acertó. Aún así, se solidarizó con las personas que sí fueron y varias también lo hicieron desde Tucumán.

La decisión de viajar a Madrid, a donde llegó el viernes por la noche y de donde se irá ¡mañana!, fue alborotada. “El miércoles compré el pasaje. Tengo que volver a trabajar, por eso vuelvo rápido. A mis amigos les dije que va a ser el viaje menos placentero que he hecho en mi vida”, reconoce el hincha “millonario”, que tiene una empresa de sublimados en su Concepción natal.

Como si se tratara de un partido en San Miguel de Tucumán, pasará sólo el fin de semana a más de 10.000 kilómetros de su casa, para ver el partido. Salió de Tucumán rumbo a San Pablo; de ahí a Londres y de Londres a Madrid. La vuelta será algo similar. “Voy a pasar más tiempo en el aire y los aeropuertos que en Madrid mismo”, admite.

En un momento de la charla, se aleja un poco de la multitud porque los cánticos son fuertes. Varios llegaron desde Argentina y otros son residentes. Entre “Millonarios” se entienden pero los españoles sienten algo de temor, según lo que apreció Carrizo. “Están contentos de tener un partido así pero también tienen miedo de lo que pueda pasar. Igual confían en que la policía española puede controlarlos”, explica.

Pese al temor y lo extraño de la situación, los comercios españoles están más que preparados, según Eduardo. “Te venden todo el merchandising del partido: remeras, bufandas, llaveros... de todo”.

Comentarios