El maltrato animal y la tracción a sangre

22 Diciembre 2018

Somos parte de la misma familia y aunque se afirma que nos diferencia del resto la inteligencia, a veces da la impresión de que somos unos mamíferos engreídos. Ello sucede, por ejemplo, cuando se maltrata a los animales, no solo a los que usamos de tracción a sangre. “Los animales no son propiedades o cosas, sino organismos vivientes, sujetos de una vida, que merecen nuestra compasión, respeto, amistad y apoyo”, sostiene el biólogo Marc Bekoff.

Hace una semana, se efectuó en la plaza Independencia la segunda marcha contra el maltrato animal y la tracción a sangre, organizada por Fucsia, un movimiento que se ocupa de defender los derechos de los animales.

En la oportunidad, exigieron la implementación de la ley nacional 14.346 que lucha contra el maltrato animal sancionada en 1954, cuyo artículo primero dice que será reprimido con prisión de quince días a un año, el que infligiere malos tratos o hiciere víctima de actos de crueldad a los animales. El artículo N° 2 establece que se considerará actos de mal trato: no alimentar en cantidad y calidad suficiente a los animales domésticos o cautivos; azuzarlos para el trabajo mediante instrumentos que, no siendo de simple estímulo, les provoquen innecesarios castigos o sensaciones dolorosas; hacerlos trabajar en jornadas excesivas sin proporcionarles descanso adecuado, según las estaciones climáticas; emplearlos en el trabajo cuando no se hallen en estado físico adecuado; estimularlos con drogas sin perseguir fines terapéuticos; emplear animales en el tiro de vehículos que excedan notoriamente sus fuerzas. En septiembre pasado, 64 años después, la Legislatura tucumana se adhirió a la normativa nacional.

Durante la marcha en la plaza, los manifestantes pidieron la prohibición de la experimentación con animales, de criaderos destinados a la venta y la implementación de educación desde el primer ciclo escolar para la correcta vinculación con animales, considerando a las especies como personas no humanas; también se pronunciaron contra el zoológico de San Pedro de Colalao.

Una de las dirigentes de Fucsia dijo que la tracción a sangre es el maltrato animal en forma obscena, y agregó que el sector de los carreros tiene tantas carencias y está tan olvidado por la sociedad que vuelca su frustración en el caballo. Manifestó que esta situación pone en evidencia el fracaso de las políticas de todos los ministerios y que quienes realizan estos trabajos con el carro no tienen futuro: un niño arriba de un carro no tiene futuro, y la misma sociedad con su mirada piadosa lo está condenando.

El 5 de diciembre, causó indignación en las redes sociales el video de un automovilista que arrastraba un perro muerto atado con una soga por la avenida Papa Francisco. En octubre, un lector envió a LA GACETA WhatsApp un video en el que se ve a un caballo tirar de un carro cargando restos pesados de la carrocería de un auto, además de trasladar a su conductor, en Balcarce al 1.200.

Si bien es importante la aplicación de la ley, la educación siempre es el punto de partida para combatir no solo la ignorancia, sino también estas desviaciones culturales cargadas de inhumanidad. Si se educara tempranamente en el respeto por los otros -no solo las personas-, posiblemente irían desapareciendo el maltrato a los animales que refleja lo peor del ser humano. “No me importa si un animal es capaz de razonar, solo sé que es capaz de sufrir y por ello lo considero mi prójimo”, afirmaba el médico, músico y humanista Albert Schweitzer.

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