Rodolfo Walsh en un abordaje original

Entre el testimonio, la crítica, la biografía y el relato autobiográfico.

10 Febrero 2019

Por José María Daona.-

En 1976, Rodolfo Walsh escribe dos cartas: una a Vicki, su hija muerta, y otra a sus amigos. En ellas se lee la historia de un suceso -el suicidio de la militante montonera frente al asalto del Ejército- que encierra historias personales y colectivas, preguntas sin respuesta, relaciones entre el pasado y el presente, genealogías literarias y familiares.

María Moreno, a partir de esos cortos textos, propone repensar la imagen del autor de Operación masacre. Coloca en el centro la escena de la muerte de Vicki en un gesto que desplaza al padre, al hombre y al escritor y lo reemplaza por la imagen de una mujer que es un “símbolo que enceguece”. No un símbolo de lo heroico como lo quiso la intelectualidad de los años 70 sino del dolor, el miedo y el trauma que generó la última dictadura y que pervive en la actualidad en el cine, la literatura y el teatro de las H.I.J.A.S de desaparecidos.

Oración oscila entre el testimonio, la crítica cultural, la biografía y el relato autobiográfico. Todas estas modulaciones de la voz la llevan a la autora a cuestionar la noción de verdad a partir de la categoría de “simetrías asimétricas” como modo de interpretar la vida y la obra de Rodolfo Walsh. Entre la entrevista y el cuento, el periodismo y la ficción, el nombre propio y el seudónimo, la literatura clandestina y la literatura burguesa, la familia y la militancia, la pluma y el fusil, entre la vida y la muerte existe una zona de contradicciones que desmorona mitos y verdades. Se abre así un espacio de interrogaciones irresueltas: ¿qué es la militancia? ¿Cuáles son los significados de la palabra resistencia? ¿Qué relaciones existen entre los vínculos familiares y el partido? ¿El testimonio no es también una ficción? ¿Realmente Vicki Walsh eligió morir?

Oración es un libro profundamente conmovedor, escrito con talento y lucidez que nos invita a descubrir los límites del relato y a imaginar la “verdad del texto” como un “amanecer de fuego que vuelve a anunciarse cada día”.

© LA GACETA

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