Cohousing: El modelo se instaló, pero el desafío es financiarlo

10 Febrero 2019

“La pregunta ya no es si va a pasar, sino cómo y cuánto falta -dice convencidísimo Virgilio Raiden-. El problema hoy, para nosotros, es el financiamiento”. Cuenta que -aunque en general los desarrolladores no piensan todavía en ello- ha recibido alguna consulta y hasta ha armado un anteproyecto. “La demanda viene de un segmento de la población que en general ya tiene casa, a veces, grande y valiosa, y está dispuesto a tener menos metros cuadrados privados a cambio de la funcionalidad de un proyecto que lo entusiasme. “La dificultad es la iliquidez del mercado. Los interesados tienen capital, pero necesitan vender para financiar el nuevo proyecto. La cuestión es: mientras este se construye, ¿dónde viven? A los adultos mayores difícilmente les den una hipoteca de mediano plazo sobre sus bienes...”, reflexiona.

Bache legal

“En la Argentina hay además una laguna normativa -señala Silvia Gascón- en la cuestión de la herencia; por ley, los hijos son herederos forzosos. Y eso puede generar conflicto entre el derecho a la propiedad del heredero y su imposibilidad de uso, por las restricciones que tiene el modelo: quienes comparten el espacio son adultos mayores con determinados tipos de lazos entre ellos”. Advierte, sin embargo, que esto, en el largo plazo, no va a ser un problema. “La ley siempre llega a solucionar un tema ya existente; no es preventiva. Y entre tanto, se irán solucionando los problemas uno a uno”, dice.

Posibilidad

Algunos países, sin embargo, van encontrando la vuelta. En España, por ejemplo, las viviendas se construyen bajo la figura de cooperativas en cesión de uso. Eso significa que los amigos que quieren vivir juntos forman una cooperativa, y es esta la que promueve el proyecto, en este caso sus viviendas. Como socios, adquieren derecho de uso del inmueble y de las zonas comunes, bajo la forma jurídica del usufructo vitalicio, pero la propietaria del condominio en su totalidad es la cooperativa.

Ventajas

Así, la vivienda no se convierte en un bien de inversión o de negocio, sino que es un elemento para usar y disfrutar.

La cooperativa hace frente a todos los gastos con los aportes de los socios, y si un socio decide abandonar a cooperativa, recupera sus aportes. El nuevo miembro que ocupe su lugar realiza su aporte, y con ello se devuelve el del socio que se va. Además, si fuera necesaria la financiación para construir por medio de hipotecas sobre los inmuebles, la titular del préstamo es la cooperativa, que se devuelve con parte de las cuotas mensuales de los socios.

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