Si la derrota ante Defensa y Justicia había sido un golpe bajo, de esos que duelen mucho, ni hablar del sopapo que recibió ayer San Martín en Mendoza. Se trató de un golpe seco, de un disparo directo al corazón. Y si la caída ante el “Halcón” había parecido un golpe de nocaut, la derrota de ayer suena lapidaria. Durísima, para esos hinchas que se habían ilusionado con que el equipo podía llegar a cambiar la historia, a partir de esa serie de triunfos épicos durante la última parte de 2018, que invitaba a tener esperanza.
Godoy Cruz había ingresado al “Malvinas Argentinas” con un terror a perder que se olía casi desde la punta del Cerro de la Gloria. Pero el “Santo” hizo todo para tenderle una mano y para seguir hundiéndose en el promedio y, de esa manera, estar cada vez más cerca de ese triste final que en La Ciudadela darían todo por evitar.
San Martín cometió una y 1.000 veces los mismos errores. No supo cómo arremeter contra un equipo que estaba a nada de caer a la lona; por el contrario, se regaló en defensa: cometió dos penales infantiles y cuando logró empardar una historia que tenía aroma a cosa juzgada, le dejó el camino libre a su oponente para que lo liquidara.
Algunos hablarán de mala suerte. Otros culparán al árbitro. Pero cuando se analiza con la cabeza fría no quedan dudas de que San Martín fue el único culpable de este nuevo tropiezo, que deja al equipo al borde del abismo; ese, bajo el cual espera la B Nacional.
Tres errores, tres goles
Porque cuando se observa con atención asoman los errores. Los tres goles del “Tomba” fueron regalo de un visitante tan generoso como endeble. Primero: Adrián Arregui entregó mal un pase simple, con el equipo volcado en ataque. ¿El resultado?, pase filtrado, penal de Jorge Carranza y gol de Santiago “El Morro” García. Segundo: Arregui llegó tarde a auxiliar a Claudio Bieler en el centro del campo; quedó pagando, le comieron las espaldas y habilitaron al “Morro”; Lucas Acevedo cometió penal -se fue expulsado-, y García volvió a acertar desde los 12 pasos. Tercero: inmediatamente después del empate de Rodrigo “Droopy” Gómez, el “Tomba” sacó del medio y por el centro del campo avanzaron tres futbolistas, hasta que Miguel Merentiel quedó mano a mano con Carranza, y sentenció la lucha.
Tres errores, tres golpes y partido sentenciado. Así resulta imposible que un equipo pueda lograr la permanencia.
Más pesares
Pero eso no es todo. Pueden hallarse más falencias que explican un nuevo paso en falso del “Santo”. El equipo se muestra muy endeble cada vez que lo atacan. De hecho, el de ayer fue el quinto partido consecutivo en el cual le convierten dos o más goles. A esto debe sumarse que ante Godoy Cruz mostró una prácticamente nula generación de fútbol. Y como si todo esto fuera poco, los cambios tampoco pudieron enderezar el rumbo.
El puñado de hinchas que estuvo infiltrado en el estadio se mostró resignado tras la derrota.
¿Hay esperanza? En el fútbol todo puede pasar. Pero el margen para San Martín es ínfimo y, jugando como ayer, la misión parece casi imposible.