Por los miles y miles de niños que se gestaban en los vientres de sus madres y no pudieron nacer. Por ellos, miles de celulares iluminan la noche que comienza a caer sobre la plaza Independencia, como si cada luz representara el alma de un niño no nacido. “Por los que no pudieron estar hoy aquí, por los que no pudieron nacer hacemos un minuto de silencio”, anuncian por micrófono. Y de pronto unas 40.000 personas -según los organizadores de la Marcha por la Vida que ayer manifestaron junto a todo el país - se sumieron en un silencio sobrecogedor.
Así, con un homenaje a las víctimas de los abortos, se inicia el acto central que se realiza frente al escenario ubicado en 24 de Septiembre y 25 de Mayo. Tarda una hora en empezar por la cantidad de gente que se desplaza a lo largo de siete cuadras, desde la plaza Urquiza hasta la Independencia. Al grito de “Se siente, se siente, hay vida en el vientre!”, grupos de jóvenes de distintos colegios, movimientos laicales, parroquias y grupos de amigos le ponen alegría a la columna. Se suman los payaterapeutas con su vestimenta colorida, familias enteras, madres con sus hijos en cochecitos rodeados de globos celeste y distintos grupos de médicos, abogados y contadores por la vida, con sus respectivos carteles. No faltaron las “danzadoras” de la iglesia pentecostal con sus típicos vestidos azules.
Después de las 19, la 25 de Mayo se convierte en un mar celeste. Dos banderas de más de 100 metros cada una flanquean la columna de marchantes. No pasan desapercibidos los chicos de la Asociación Ayuda al Niño Especial de Banda del Río Salí, que con sus redoblantes y bubucelas le ponen calor popular a la manifestación. Se unen a ellos, jóvenes de Fasta, del grupo Tucumán Pro Vida y de Don Bosco y entre todos arman una ruidosa banda que los demás acompañan con cánticos: “Borom bom bom, borom, bom bom, sí a la vida, aborto, no”.
En el escenario cantan para entretener al público mientras va llegando lentamente la columna que viene desde la plaza Urquiza. Aclaran que hay tres gazebos para recolectar firmas para elevar una iniciativa legislativa que tire por tierra las leyes de Educación Sexual Integral, Identidad de Género y muchas otras.
Debajo del escenario hay una mesita donde se apoya un acta con 12 puntos (ver nota por separado) denominada “Compromiso por la vida”. Se invita a los políticos presentes a colocar su firma. Lo hacen el legislador Raúl Albarracín, Walter Berarducci, Claudio Viña, Bernardo García Hamilton, José Manuel Paz, Sandra Manzne, Federico Romano Norri y Daisy Aguilar. El acta quedará abierta para más rúbricas.
El tenor Sergio Barrionuevo abre el acto con el Himno Nacional que la gente sigue a viva voz, con las banderas argentinas en alto. La licenciada Ana Valoy expresa la necesidad de políticas públicas que protejan la familia y la vida desde la concepción hasta la muerte. Emanuel y Carla cantan “Déjame nacer” con un video sobre el mundo intrauterino, de fondo. Los últimos oradores son el médico Ricardo Auad, la abogada Liliana Guzmán y Gabriel Muñoz Molina de Padres con Derecho a Decidir. Ya es noche cerrada y el acto termina pero muchos se quedan cantando el himno a las dos vidas.