Estaba en una pelea y murió al recibir un tiro

Uno de los compañeros de la banda habría realizado el disparo, en momentos en que respondían a la agresión de otro grupo.

INVESTIGACIÓN. La Policía concretó un allanamiento en la vivienda del supuesto líder de la banda, ubicada en calle Pellegrini y Diagonal Sur.  INVESTIGACIÓN. La Policía concretó un allanamiento en la vivienda del supuesto líder de la banda, ubicada en calle Pellegrini y Diagonal Sur.

Las lágrimas y el dolor oprimieron a Teresa Flores durante toda la mañana soleada. El cuerpo sin vida de su hijo había sido retirado rápidamente de la esquina del barrio San Fernando, límite sur de la capital, y llevado luego a la morgue. Sin embargo, la madre seguía allí para reunir cualquier información que le permitiera ubicar al autor del disparo. “Esto no va a quedar así. Voy a averiguar quién lo mató”, reparó la mujer, mientras hablaba varios con testigos.

Francisco Antonio Albornoz, de 25 años, falleció ayer por una herida de arma de fuego. Casi al amanecer, una bala ingresó “por debajo de su costilla derecha”, según informaron fuentes policiales y judiciales. También había un orificio de salida

El muchacho cayó tendido boca arriba en medio de la calle Pellegrini, a unos 20 metros del canal sur. La sangre salía por distintas zonas del cadáver cuando los policías llegaron. De acuerdo a los testimonios de los vecinos y fuentes cercanas al caso, el joven habría participado en una pelea entre dos bandas, aunque el tiro mortal habría salido del arma que usaba uno de los integrantes de su grupo. Los rivales habían atacado con piedras a la víctima y luego al resto de los miembros.

Albornoz se había cruzado primero con los atacantes, a unos 100 metros del lugar del enfrentamiento. Estos últimos estaban reunidos consumiendo bebidas alcohólicas en una esquina. En medio de una especie de persecución, el fallecido se trasladó hasta la casa de un tal “Mario”.

Al llegar a esa vivienda, sus conocidos salieron y respondieron con una seguidilla de disparos, conforme a los datos de la causa. Durante la recolección de pruebas, los peritos hallaron cinco vainas servidas. Todos abandonaron la vivienda tras la muerte.

Conforme al reporte policial, varios vecinos, que no se identificaron ante los policías por temor, señalaron a “Mario” como un “conocido transa” (comercializaba droga en pequeñas cantidades). Los pesquisas recibieron la versión de que la víctima pudo haber sido “un soldadito”, aunque esto no fue confirmado ayer.

“Cuando venía a verlo, le lavaba la ropa. Le daba sábanas y colchas. Estaba en rehabilitación, pero nunca se drogó frente a mí. Quería llevarlo a vivir a Choromoro. También le propuse alquilar una pieza en Yerba Buena, lejos de aquí, ya que había entrado a trabajar en la Municipalidad”, contó Flores.

Albornoz tenía pensado comprarle a su hija, de dos años, una bicicleta. Para ello, iba percibir el salario de las últimas dos semanas. “Quería salir de todo esto”, enfatizó la madre. “Mis hijos son todo para mí (había perdido a otro debido al cáncer)”, remarcó.

La víctima vivía en una casilla, a unos 50 metros del lugar del crimen. Se había ubicado en esa vivienda para poder estar cerca de la hija. Anoche, previo a reunirse con sus amigos y a su muerte, había participado en una fiesta con otros allegados.

“Era un chico bueno. Era albañil. Estaba trabajando en la casa de mi hijo. Dos años antes, me construyó el baño, toda la casa. Mi hijo le había dicho ayer que no se retira, que se quedara, y que lo llevaría en su camioneta por la mañana. Le faltaba colocar la pastina”, hizo hincapié José Gil, un conocido. “Yo le decía que no se metiera con esa gente (por el grupo). ‘No pasa nada’, me respondía”, añadió.

Procedimiento

La causa está a cargo de la Fiscalía Especializada en Homicidios, quien solicitó en el día un allanamiento en la casa de “Mario”. En el lugar, se recolectaron varios elementos y se habría encontrado una planta de marihuana, según las fuentes oficiales. El personal policial también inspeccionó un vehículo que estaba estacionado en la cochera. Ahora, se esperarán los resultados de distintas pruebas, en particular, el dermotest (detecta rastros de pólvora en el cuerpo). Así, se determinará quiénes habían manipulado armas.

“Se escucharon disparos durante la madrugada. Las balas impactaron contra la pared de las casas”, describió un vecino.

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