El mundo de los cítricos apunta a lograr una producción sustentable y amigable con el ambiente

“La citricultura actual enfrenta desafíos entre los que se encuentra generar condiciones propicias para lograr que la demanda y el consumo de productos frescos y sus derivados industriales se incrementen en forma similar a lo que lo está haciendo la oferta productiva, que en el caso del Noroeste Argentino (NOA), la superficie creció la campaña pasada y hoy vemos la consecuencia de este crecimiento”, dijo Hernán Salas, presidente del comité organizador de IX Congreso Argentino de Citricultura.

Esto que está sucediendo no es nuevo, ya que este efecto fue comentado al inicio del congreso de citricultura realizado en 2017, en Foz de Iguazú, donde se manifestaba una tendencia decreciente en el consumo de productos cítricos, sobre todo el jugo de naranja, debido a su alto contenido de azúcar. Esto hizo que el sector se moviera para investigar y verificar dicha afirmación. En países como Estados Unidos, Brasil, Sudáfrica, España, y ahora en Argentina, se investigan los verdaderos efectos benéficos que logra el humano al consumir productos citrícolas, tanto frescos como elaborados. En nuestro país es incipiente este tipo de investigación y todavía estamos en deuda sobre este tema.

Además, “otro problema que enfrenta esta actividad es el problema fitosanitario, donde el HLB es uno de los más graves ya que viene dejando en diversas zonas productoras del mundo quintas devastadas por los daños que causa esta bacteria a las plantas”, llegando en algunos casos a que algunos países hayan dejado de lado la actividad”. “Hasta que no aparezca una herramienta sustentable de parte de la biotecnología, para manejar y controlar esta peligrosa enfermedad a largo plazo, hoy se utilizan herramientas en el corto plazo como el uso frecuente de agroquímicos para controlar a su insecto vector, y con la prevención en el movimiento de frutas y vegetales.

También hay otras plagas y enfermedades que ocasionan problemas en la producción, y por ende en la comercialización, que son aquellas originadas por la “cancrosis”, “mancha negra”, “mosca de la frutas” y “ácaros”, que por su carácter cuarentenario hace que se trabaje mucho para evitar que lleguen a los países consumidores que poseen estas restricciones.

“Todos estos inconvenientes solo hacen que se trabaje mucho en estos temas para solucionarlos, sobre todo porque el mundo, hoy, busca calidad e inocuidad en lo que consume”, destacó.

Las exigencias de los mercados hacen que surjan diferentes estrategias para afrontar estos inconvenientes, haciendo que se produzcan frutos frescos y productos derivados que no tengan residuos de agroquímicos, con el uso de herramientas amigables con el medio ambiente, como son los manejos integrados de plagas y uso de productos biológicos que permitan producir de manera sana e inocua.

No dudamos que “debemos integrar conocimientos para una producción saludable”, y ese es el objetivo de este IX Congreso, donde los técnicos y productores puedan acceder a la información necesaria para trabajar de manera adecuada y que se generen la herramientas que se requieren para producir más y mejor.

Son numerosísimos los aspectos técnicos, económicos, comerciales, de investigación y de desarrollo que se están tratando en este congreso, y que seguramente servirán de análisis para el sector, para que pueda discutir y encontrar soluciones a los problemas actuales que tiene la citricultura.

Otro de los temas que tratamos es el efecto beneficioso que origina el consumo de los cítricos en la salud humana, y que permita tener certeza que lo que se investiga en estos temas ayudará a incrementar su demanda. Otro aspecto fundamental que se consideró tiene que ver con las cuestiones comerciales, que permitan al sector saber cuáles son los requerimientos de los nuevos mercados que se quieren incorporar a la comercialización de frutas y productos derivados, y a las necesidades de los actuales compradores a través de ronda de negocios.