Por Martín Soto
28 Junio 2019
MÍSTICO. Nadie sabe quién comenzó con el recurso de la botella. la gaceta / foto de álvaro medina
El gerente de Operaciones de EDET, Daniel Nicoloff, está convencido de que la práctica de colocar una botella de agua sobre el medidor de luz con la esperanza de que así disminuya el consumo es una consecuencia de vulnerabilidad que está viviendo un sector de la sociedad debido a la crisis económica y el incremento de las tarifas.
“La gente por creencias, falta de factores de análisis técnicos y también por necesidad, sino no lo haría, supone que puede ocurrir eventos de esta naturaleza, cosa que es imposible que eso ocurra”, reflexionó el directivo de EDET en una entrevista con LA GACETA.
El informe realizado por “Panorama Tucumano” en las localidades de La Florida y Delfín Gallo tuvo una fuerte repercusión nacional. Portales de noticias como como Perfil o Diario Popular replicaron que en esas ciudades del este de la provincia sus habitantes, por motivos que son claros, creyeron que podrían “enfriar” el consumo de electricidad con un recipiente con agua, algo que es imposible, según explicó el ingeniero eléctrico de la UNT, Ricardo Díaz.
Nicoloff, que también es ingeniero, reflexionó sobre la decisión tomada por la gente a pesar de no tener certezas sobre los resultados. “Eso demuestra, de alguna manera, la necesidad que cierto segmento de la sociedad está viviendo. Cualquier aspecto que sientan que puede ser favorable, que no tiene costo ni afecta a nadie, hay que intentarlo”, analizó el directivo de EDET.
Nadie sabe quién tuvo la idea inicial. Lo cierto es que se propagó con una rapidez sorprendente. La mayoría dice haber puesto la botella luego de verla en los medidores de sus vecinos, otros lo leyeron o escucharon en grupos de Facebook o de WhatsApp.
El fenómeno se inició hace tres meses aproximadamente, según contaron vecinos a “Panorama Tucumano. La fecha coincide con la eliminación de la tarifa social de la luz y la suba de hasta un 25% de la electricidad en febrero. En el último año, el servicio se encareció un 105%.
Los vecinos remarcaron que, a pesar de no tener pruebas, optaron por ese método porque recibían elevadas boletas de luz. Muchos de ellos, además, explicaron que tuvieron que refinanciar el monto para poder afrontarlo.
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