En el oficialismo tucumano se desvelan por evitar el "tobogán" después de las PASO

El sistema de PASO muestra que en los últimos comicios el PJ obtuvo mejores resultados en las Primarias y decayó en las generales.

En el oficialismo tucumano se desvelan por evitar el tobogán después de las PASO

Hay un objetivo que desvela a los ingenieros electorales del oficialismo tucumano: superar este año el "efecto PASO", ese que muestra que en las últimas dos experiencias vividas, el peronismo decayó en votos en ese tramo que va desde agosto hasta las generales de octubre. 

Los números son contundentes: en las primeras dos ocasiones (2011 y 2013) el Gobierno provincial pudo esquivar el tobogán que se gestó entre las Primarias y los comicios en los que, finalmente, se reparten las bancas para el Congreso. 

En 2005, en la primera apuesta fuerte del alperovichismo, con Beatriz Rojkés como postulante a la Cámara Baja, el número de sufragios conseguido por la Casa de Gobierno fue de 382.000 (64%).

El sistema de Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) rige desde 2011. Aquella vez, año de la reelección de Cristina Fernández de Kirchner y del inicio del tercer mandato consecutivo de José Alperovich, las nóminas al Congreso por el oficialismo consiguieron poco más de 462.000 votos (61%), lo que le permitió al PJ quedarse con cuatro de las cinco bancas de diputado en juego. En las PASO de agosto la lista liderada por Alfredo Dato había obtenido algo más de 452.000 adhesiones (54%). Es decir, unos 17.000 más fue el saldo de ese año.

Dos años después, en 2013, el Frente para la Victoria registró otra curva ascendente. En agosto, la nómina encabezada por Juan Manzur obtuvo 369.000 votos (45%), y la nómina disidente del FpV otros 22.000 sufragios. Luego, en las generales de octubre, la performance mejoró respecto de las PASO, y se hizo de 417.729 votos (un 47% del total). Se repartieron dos bancas cada espacio. Los diputados electos por Tucumán fueron José Cano, Silvia Elías de Pérez (radicalismo), Osvaldo Jaldo y Mabel Carrizo (oficialismo). Manzur finalmente no asumió y continuó como ministro de Salud nacional. 

En 2007, año de la primera reelección alperovichista y de la llegada de Cristina Fernández a la Presidencia, Alfredo Dato -había abandonado su rol de presidente de la Corte Suprema de Justicia- obtuvo 392.000 votos (64%).

Pero el "veranito" finalizó en 2015, con el aún poderoso José Alperovich como primer postulante a senador. En las Primarias del 9 de agosto, el aún gobernador colectó unos 484.600 sufragios. Tres meses después, sus números cayeron a menos de 423.000. La radical Elías de Pérez, en tanto, había obtenido 223.000 avales en las Primarias, y logró 293.000 en las generales. Las cifras representaron, para el gobernador, una caída de 14,4 puntos porcentuales. En la elección de Diputados, en cambio, la votación fue mucho más pareja y el FpV se quedó con tres bancas, mientras que Cambiemos, con dos: 412.000 votos (42%) contra 268.828 (27%). Fueron electos como diputados José Orellana, Walter Marcelo Santillán y Alicia Soraire (FpV), Facundo Garretón y María Teresita Villavicencio (ApB). Alperovich, Elías de Pérez y Beatriz Mirkin como senadores.

En junio de 2009, cuando el kirchnerismo tambaleó por el extenso paro agropecuario, Tucumán renovó tres escaños en el Senado y cuatro en Diputados. Aún con el arrastre de la tendencia negativa nacional a cuestas, la boleta alperovichista para el Congreso obtuvo poco más de 381.000 votos (53%).

La tendencia en retroceso se repitió en 2017, elecciones intermedias en las que el oficialismo provincial jugó una de sus cartas más fuertes: la postulación testimonial del vicegobernador Osvaldo Jaldo. Luego de unas Primarias en las que arrasó, el peronismo tucumano finalizó el año electoral con rezongos, a pesar de la victoria. En las PASO, la lista del tranqueño fue votada por más de 441.000 tucumanos (494.000 si se toman las demás listas internas), frente a 294.300 de la encabezada por Cano. Con ese envión, el peronismo proyectaba quedarse con tres de los cuatro escaños que se renovaban. Sin embargo, la caída volvió a repetirse y el Frente Justicialista obtuvo en las generales 460.000 votos (unos 34.000 menos que en agosto), frente a 319.221 de Cambiemos. El reparto de bancas, entonces, quedó en dos para cada espacio. 

Por eso en la Casa de Gobierno se desvelan este año con revertir la tendencia y, en lugar de subirse a un tobogán, proyectan transitar el camino entre este domingo y el último de octubre en una escalera. Por el contrario, los antecedentes de las PASO son los que entusiasman en el búnker de Cambiemos, que tiene al radical Cano como principal sostén de la postulación del peronista Domingo Amaya. Este año, Tucumán renueva cinco bancas de diputados. ¿Será un cuatro a uno, como especulan en el oficialismo? ¿Tres a dos, como anhelan los macristas? ¿O tres, uno y uno, como especula el bussismo?

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