Nace otra grieta: ¿fue un golpe de estado o un rechazo popular?

La ONU no se pronunció. Alberto Fernández lo califica como un golpe, mientras Macri evitar llamarlo de esa manera y Bolsonaro, directamente, niega que se haya tratado de tal cosa.

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13 Noviembre 2019

“Interrupción institucional”.- La administración de Mauricio Macri esquivó nombrar como golpe de Estado al proceso que derivó en la renuncia del presidente boliviano Evo Morales, y lo caracterizó como una crisis o interrupción institucional. El canciller Jorge Faurie volvió a aseverar ayer en la Casa de Gobierno que “no hay elementos” para considerar como un golpe de Estado lo ocurrido en Bolivia.

Dice Bolsonaro.- El gobierno de Brasil afirmó que fue “el rechazo popular ante un intento de estafa electoral”, y no un golpe de Estado lo que provocó la renuncia del presidente en Bolivia. Jair Bolsonaro sostuvo que se “abre el camino para la preservación del orden democrático”, en línea con la declaración del mandatario estadounidense, Donald Trump.

La ONU no define.- La Organización de las Naciones Unidas (ONU) afirmó que no le corresponde definir si la renuncia del presidente de Bolivia, Evo Morales, fue consecuencia de un golpe de estado o no. Farhan Haq, vocero del secretario general, António Guterres, en conferencia de prensa en la sede del organismo, calificó las circunstancias en Bolivia como “muy fluidas” y aseguró que la ONU está procurando que la crisis en el país sudamericano no escale.

Distinto de los años 70.- Miguel Pichetto, ex candidato a vicepresidente de la alianza Cambiemos, calificó la situación de Bolivia como “una interrupción del proceso institucional” y agregó: “No es un golpe de Estado clásico, al estilo de los 70”. “En América Latina funcionan tres dictaduras complejas. Una es Cuba, la otra es Venezuela y la otra, Nicaragua. Bolivia iba en ese camino. Hubo una reacción popular y vacío de poder, pero golpe de Estado clásico no”.

Apoyo mediático.- El periodista Marcelo Longobardi afirmó que el kirchnerismo desconoce el “proceso autoritario” previo a la salida de Evo Morales del poder. Por tal motivo, opinó que “al ignorarlo, lo están avalando”. “Esa es una posición radicalizada y antidemocrática”, consideró.

“No es debatible”.- La ex canciller del gobierno macrista, Susana Malcorra, afirmó que en Bolivia se produjo un golpe de Estado y consideró que es peligrosa “la lectura ideológica del gobierno argentino” sobre la situación en ese país. “Es un golpe de Estado liso y llano. La región supo decirle ‘Nunca Más’ a los golpes, me parece peligroso que ahora se pongan consideraciones en torno al golpe en Bolivia”, dijo Malcorra en declaraciones a una radio porteña.

Reglas de la democracia.- “No hay un ejército liberando a un pueblo (en el caso de Bolivia). Hubo un golpe de Estado”, dijo el presidente electo, Alberto Fernández. “Sacar a un presidente con acciones que no están dentro del marco de las reglas de la democracia no puede llamarse de otra forma que golpe de Estado”, puso, en su cuenta de Twitter.

El “hecho desgraciado”.- Fernández también calificó a Jorge Faurie como “el hecho desgraciado de la historia de la diplomacia argentina”, luego de que el canciller dijera, en nombre de Mauricio Macri, que “no hay elementos” para definir si hubo o no un golpe de Estado en Bolivia.

Aliados disidentes.- El Comité Nacional de la Unión Cívica Radical dio cuenta de su postura contra el golpe: “El cuidado en los procesos, el respeto a la división de poderes, las reglas de equidad en la competencia política son el fundamento de la convivencia cívica. No a las trampas! No a las injerencias externas! No al Golpe de Estado! Si al pluralismo, la democracia y la convivencia pacífica”, dijo el centenario partido, actualmente parte de la alianza gobernante.

Como en semana santa.- “Es trágicamente absurdo discutir si hubo o no un golpe. Me hace acordar a lo que decían en Semana Santa contra Alfonsín”, manifestó el diputado del FPV-PJ, Leopoldo Moreau. Advirtió que “los golpes de Estado siempre tienen como pretexto que no lo son”, y añadió que la excusa de que en Bolivia funcionan las instituciones “se desmorona con el paso de las horas”.

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