Dos cuestiones aclara el senador José Alperovich cuando se refiere a la gestión de su sucesor Juan Manzur. La primera, es que reconoce la diferencia de matices, a la hora de administrar la cosa pública que ha tenido él durante 12 años y la que desarrolla el actual gobernador. La segunda es que insiste en que quiere que le vaya bien a la fórmula Manzur-Osvaldo Jaldo. A partir de esos conceptos, Alperovich sostiene que se anticipó a lo que iba a suceder en Tucumán. Recordó que en septiembre pasado declaró: “Manzur tiene la cláusula gatillo, y la provincia por primera vez tendrá un déficit de $ 7.000 millones; no tendrá plata para pagar el aguinaldo. No podés poner la cláusula gatillo alegremente cuando los sueldos suben por el ascensor y los ingresos por la escalera”.
“El pedido de crédito que realizó el Poder Ejecutivo a un banco muestra la punta del iceberg. No puede ser que ese financiamiento sea destinado a pagar sueldos”, manifestó ayer el ex mandatario a LA GACETA. En ese aspecto, consideró que los $ 3.000 millones no significarían un monto de importancia gravitante para las finanzas, pero a la vez aclaró que sus reparos tienen que ver con el momento en que se lo solicita. “Sacar un crédito hoy es una locura, más con la tasa de interés que están cobrando las entidades financieras debido a la situación del país”, remarcó. Y acotó: “pidieron $ 3.000 millones a cinco años y es probable que deban devolver el doble de esa cifra”.
Según el senador, la clave para encarrilar el rumbo financiero de la provincia pasa por una buena administración de los recursos. “Todos saben que soy bien intencionado, que no quiero que le vaya mal a Manzur, porque eso sería estar en contra de la gente. Dios quiera que el gobernador pueda conseguir la ayuda que no tuvo antes (durante la administración de Mauricio Macri) para que Tucumán pueda salir adelante, porque está muy mal”, consideró.
¿Por qué considera que está mal la provincia?, se le consultó. “No hablaré de la gestión, pero si uno ve los indicadores socioeconómicos puede darse cuenta de que es compleja la situación de las familias de clase baja y peor las de clase media. Ni hablar de las pequeñas y medianas empresas y de los comerciantes que también la están pasando mal”, respondió. “La de Tucumán es una sociedad que no da para más frente a la realidad económica que padece”, agregó.
En la Cámara Alta
Alperovich dijo que continuará en su rol de senador dentro del bloque del nuevo oficialismo en el país. Negó que haya recibido ofrecimientos por parte del Frente de Todos para integrar el equipo de trabajo del presidente electo Alberto Fernández. “No me interesa tampoco”, añadió. Sin embargo, reconoció que dos de sus asesores tienen posibilidades de recalar en el gabinete. Una de ellas es Mercedes Marcó del Pont, la economista que puede dirigir la AFIP y el otro es Carlos Fernández, ex ministro de Economía K que puede ir a un banco oficial.
“Al perder los comicios provinciales, usted dijo que iba a dejar la lucha por la gobernación”, se le recordó. Alperovich contestó: “Yo no voy a abandonar la política. Me considero un animal político. Me gusta la política y toda la vida lucharé con las mismas ganas con que lo hice durante mis 12 años de gestión”.
¿Cómo sale adelante el país que hereda Fernández?, se le consultó. “No será fácil la salida. No hay soluciones mágicas. La Argentina está al borde del default, porque no podría pagar los vencimientos en el primer semestre. A Fernández no le quedará otra que emitir, pero esa emisión tendrá su límite para no caer en una hiperinflación. Se requerirá mucho sacrificio, pero confío en el equipo profesional que tiene el presidente electo, que conoce lo que pasa en las calles, en las PyME, y con la presión fiscal”, finalizó.