11 Diciembre 2019
La partida física de Rosita Ávila, cuyo deceso e inhumación tuvieron lugar el lunes (no hubo velorio por expreso pedido de la actriz), dejó anécdotas incluso en su despedida, como relata Rafael Nofal en un mensaje enviado a LA GACETA.
“Fue una larga jornada entre lágrimas y risas, porque mientras estábamos en el cementerio y frente al féretro la gente se puso a recordar a viva voz anécdotas de ella y su larga vida teatral. Increíble, pero la gente reía y lloraba. Alguien terminó diciendo: ‘¡Bueno andate ya, que hace calor!’. Y otro gritó: “estudiá la letra”, contó el director, docente y dramaturgo. Nofal trabajó con Ávila en numerosos proyectos y una de sus últimas puestas fue la recreación de un texto emblemático que protagonizó la actriz: “El guiso caliente”. “No puedo pensar a la Rosa sin el Oscar (Quiroga). Juntos fueron la imagen viva de la militancia teatral, una militancia sin solemnidades, con la actitud natural de estar haciendo lo que se debía. Pelear cada día por sostener con dignidad la actividad teatral. Con alegría además, con la convicción de que la lucha diaria por sostener el teatro en marcha era el único camino posible”, recordó, en referencia a la sala Nuestro Teatro.
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