“Tenés que disponerte a salir de tu zona de confort”

A Belén Zurita le costó adaptarse al empleo y a la convivencia con otros amigos, pero lo logró.

20 Enero 2020

El plan de Belén Zurita, de 21 años, era ir a Estados Unidos de intercambio estudiantil, pero el tiempo pasó y terminó la secundaria. Su intención era practicar el inglés y viajar, por eso comenzó la carrera de traductorado de inglés y se informó sobre otros programas. “La experiencia de Work and Travel era la que más me convenía para conocer varios Estados de Estados Unidos, porque podía viajar y conocer lugares con la plata que ganaba”, recordó.

La joven viajó en 2017 y coincidió con un amigo para emprender la experiencia juntos. “En un grupo de Facebook encontramos muchos argentinos que iban al mismo lugar que nosotros, en California, y terminamos siendo nueve que alquilábamos una casa”, añadió. Mantuvo sus entrevistas laborales por Skype, aunque también tenía la opción de asistir a la feria de trabajo que se realiza en Buenos Aires antes de sacar su visa.

Belén se entrevistó por internet con el encargado de un hotel donde no logró ingresar. “Lo importante es que si no te aceptan en algún lado, podés buscar otro empleo sin problemas. El único puesto que quedaba disponible en California era de housekeeper, o sea de mucama en otro hotel. Yo quería ser recepcionista para practicar más mi inglés, pero no pude. Al principio me costó muchísimo recibir órdenes porque en mi casa no hacía nada, después fue cuestión de ponerle onda”, reconoció.

Entre los desafíos que afrontó, dijo que le costó vivir con ocho personas y al principio, adaptarse al empleo. “Los primeros días lloraba mucho y la pasé un poco mal. Todos me dijeron que es algo típico de los primeros 15 días. Después me empecé a acostumbrar y a amigar con ese estilo de vida, que es totalmente diferente al de Tucumán”, admitió. La joven ganaba U$S 11 por hora y acumuló sus días libres para viajar. Conoció San Francisco, Las Vegas, Los Ángeles, Nueva York, Orlando y Miami. Por la cantidad de viajes que realizó tuvo que pedir plata prestada a sus padres para financiar algunos pasajes.

“Tenés que estar dispuesto a salir de tu zona de confort para abrir la mente a nuevas culturas y experiencias. Hay que aprender a compartir con otros sin olvidar poner toda tu buena onda y energía en lo que hagas. Viviría esto mil veces más, es una de esas experiencias que te cambian para toda la vida”, finalizó.

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