La indigenista que vigila el paso a Tafí dice que el Estado la protege

La comunera Mamaní negó ser una coimera y atacó a sus críticos. Ayer a la mañana, ella sola resolvía quién pasaba a los Valles y quién no.

SOLA EN EL KILÓMETRO 48 DE LA RUTA 307. Margarita Mamaní ayer en el punto donde se apostó hace 41 días para controlar el acceso a los Valles. la gaceta / foto de osvaldo ripoll SOLA EN EL KILÓMETRO 48 DE LA RUTA 307. Margarita Mamaní ayer en el punto donde se apostó hace 41 días para controlar el acceso a los Valles. la gaceta / foto de osvaldo ripoll

A las 9.20 de ayer, Margarita Mamaní era la máxima autoridad del punto de detención de vehículos montado en la ruta 307 a la altura del puente Ing. Roberto Robles Mendilaharzu. No había policías y ella, con la ayuda de dos o tres compañeros, interrogaba a quienes quisieran ingresar a los pueblos de los Valles, y abría y cerraba las vallas decoradas con una bandera whipala. Mamaní anotaba en su cuaderno todos los datos: nombre, DNI, chapa patente y hasta número de teléfono. En una banquina había tres o cuatro ciudadanos en espera: se trataba de propietarios asustados por los comentarios de robos a los que la comunera había dicho que los dejaría entrar tres horas con un agente policial para que fueran a verificar sus propiedades. Al rato llegó un móvil y, previa conversación con Mamaní, todos pasaron.

“Soy cacica de la Comunidad Indígena Diaguita de El Mollar y llevo 41 días instalada en esta carpa”, se presenta Mamaní, que tiene 56 años. Con amabilidad, contesta las preguntas: en una mano sostiene el cuaderno con los datos que tomó -incluidos los del equipo de LA GACETA- mientras que en el cuello lleva un pañuelo con el motivo whipala y un prendedor que dice “paz” con letras mayúsculas. Mamaní defiende su función de guardiana de los Valles y exhibe orgullosa el logro de “cero casos de coronavirus”. Además, niega ser una coimera, como le dijeron, y ataca a sus críticos, que paradójicamente pertenecen a su comunidad. Enrique Cruz, quien también se reivindica como cacique de El Mollar, la denunció por abuso de poder e incumplimiento del aislamiento obligatorio (se informa por separado). Mamaní responde: “yo no violo la cuarentena porque el Gobierno me protege”.

20 DE MARZO. El legislador Yapura Astorga, ediles, Mamaní y policías. 20 DE MARZO. El legislador Yapura Astorga, ediles, Mamaní y policías.

-¿Por qué está usted aquí?

-Hace 41 días nos instalamos para resguardar el territorio por la pandemia mundial. Aquí lamentablemente vienen muchos y dicen que les roban en sus casas. La Policía está trabajando: ya llevaron a tres (propietarios a chequear el estado de sus bienes) y hasta ahora es mentira. Los policías trabajan las 24 horas con nosotros...

-Usted está sola ahora.

-Sí, lamentablemente porque mienten que les abrieron las casas. Hasta ahora sólo hay cuatro denuncias. Vemos que quieren entrar al Valle violentando un decreto presidencial. La gente no respeta esa orden, y hace 41 días nos hostigan, calumnian e injurian, e inclusive nos dicen coimeros, pero, gracias a la Pachamama, nosotros sólo defendemos nuestra tierra.

-¿Quién la acompaña?

-Somos cuatro (comuneros): yo estoy todo el tiempo, incluso duermo aquí, y los otros se turnan. Siempre estamos acompañados por el intendente de Tafí, don Francisco Caliva. Ayer ha venido el ministro de Seguridad Ciudadana (Claudio Maley)... La gente miente mucho y dice que soy una mala persona, pero el domingo sí sufrimos una agresión en este lugar, el kilómetro 48. “Femeninas” quisieron pegar a un efectivo policial y apuñalar a una hermana nuestra, y después se dieron a la fuga.

28 DE ABRIL. La dirigente Mamaní, el ministro Maley y el intendente Caliva. 28 DE ABRIL. La dirigente Mamaní, el ministro Maley y el intendente Caliva.

-¿Cuándo la eligieron cacica?

-En 2014 y me reeligieron en 2018 hasta 2022. Mi comunidad quiere que yo sea vitalicia, pero les dije que no porque hay que dar oportunidades a los más jóvenes, que serán los representantes del mañana. Nosotros estamos en regla, no como el supuesto cacique Cruz, que nos anda injuriando con un video...

-Cruz desconoce su autoridad.

-Este señor lo único que hace es hostigar(me) por ser mujer. Yo fui golpeada por él y hay denuncias radicadas en la Justicia de Monteros desde el año pasado, pero todavía no pasaron a la acción. Este señor (Cruz) quiere 30 hectáreas de tierra y por eso hizo un amparo a la simple tenencia.

-¿Cómo se gana la vida?

-Mi marido, que recién se ha jubilado, me mantiene y mis hijos me ayudan. No me falta nada: la “Pachitamama” me da fuerzas. No necesito trabajar.

-¿Percibe un sueldo del Estado?

-No, nada, nunca, gracias a la Pachamama. En estos años de lucha jamás el Gobierno me dio un sueldo porque, si así fuese, todos querrían ser caciques, sin llevar lo que una lleva en el alma, que es la defensa de los derechos. Somos más de 500 hermanos que nos autorreconocemos parte de nuestra comunidad y el 90% de ellos están desocupados. Como verán, los proveedores pasan tranquilamente, y nos felicitan por haber montado la carpa de la salud y de la resistencia.

-¿Qué opina cuando la comparan con la dirigente indigenista jujeña Milagro Sala?

-Somos mujeres y somos injuriadas. Ella es de Jujuy, y no sé lo que hizo en el sentido de su lucha y de su resistencia, pero ella era política y yo no lo soy, simplemente defiendo nuestros derechos... Usted tendría que haber visto cuando, hace más o menos tres semanas, la fiscala (Mónica García de) Targa quiso venir a sacarnos, más de 400 hermanos vinieron a apoyarnos. Yo sentí que instaban a la violencia. Queremos decir a la sociedad que a nosotros nos insultan con videos, y que la invito a que venga a acompañarnos una noche o un día, y podrá sacar sus propias conclusiones.

-A usted la denunciaron por violar la cuarentena porque el decreto del presidente Alberto Fernández no la autoriza a estar aquí.

-Digamos que, más allá del decreto presidencial, estamos resguardando a nuestras familias como en todos lados.

-¿Usted se autoexceptuó?

-Los convenios internacionales ratificados por la Argentina nos consideran comunidades preexistentes, y el Estado debe apoyarnos y darnos protección. No incumplo porque estoy protegida por el Gobierno provincial y el Ministerio de Seguridad Ciudadana.

-No considera, entonces, que deba hacer la cuarentena.

-No, porque estoy cuidando a mi pueblo de la gente de afuera que quería meterse aquí. Muchos no entendían que no estábamos de vacaciones.

-¿Quiénes pueden ingresar y quiénes no?

-Entran todos los proveedores de comida, las ambulancias, los agricultores...

-¿Entran todos los que tienen domicilio en los Valles?

-No, quiero aclarar eso. Sólo dejamos pasar a los lugareños que sabemos quiénes son. Los de allá, que tienen domicilio aquí, pero no residencia, deben quedarse allá cumpliendo la cuarentena. Y nosotros, los nativos, que nos conocemos y sabemos que somos los verdaderos dueños de nuestra Kay Pacha, debemos estar aquí. Pero, como le digo, no les prohibimos la pasada (a los que tienen vivienda): vienen, ven sus casas y se van. Pero hay gente que se disfrazó de policías, de médicos y de enfermeros para entrar. Nosotros vamos, los buscamos con la Policía y les decimos que se tienen que ir porque violaron la cuarentena.

-¿Hasta cuándo se queda aquí?

-Hasta que la “Pachitamama” diga. Gracias a ella no tenemos ningún caso ni hay pacientes febriles. Trabajamos arduamente para que no entre el virus, pero nadie es dueño de nadie. Les decimos a los tucumanos que nos tengan paciencia porque el día de mañana podremos abrirles las puertas y decirles: “¡hermanos, hemos vencido esta pandemia!”.

Vargas Aignasse: "buscamos evitar daños a terceros y preservar la paz social"

Carolina Vargas Aignasse, ministra de Gobierno y Justicia, manifestó ayer que desde el inicio de la cuarentena habían afrontado numerosos asuntos vinculados a la intervención de personas de distintas localidades que, por temor, tomaron medidas fuera de la legislación vigente. “El Ministerio de Seguridad y la Policía de la Provincia accionaron y pacíficamente fueron ordenando estos temas. De la misma manera, el Gobierno, en el caso de las comunidades originarias, busca constantemente articular soluciones para evitar que haya acciones que dañen a terceros y preservar la paz social”.

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