Tras repeler una orden de detención, la indigenista Mamaní se encadenó

La dirigente ató su cuerpo a un poste de la carpa montada en el corte de la ruta 307 luego de que la Infantería desistiera de detenerla.

Tras repeler una orden de detención, la indigenista Mamaní se encadenó

Margarita Mamaní dio a entender que está más firme que nunca en el puesto donde vigila el paso a los pueblos de los Valles desde el 19 de marzo. Luego de repeler la orden de detención domiciliaria, la dirigente indigenista se encadenó a un poste de la carpa instalada en el kilómetro 48 de la ruta 307. Los seguidores de la comunera celebraron el hecho en las redes sociales como un símbolo del triunfo de la resistencia ante el Poder Judicial.

Mamaní llevaba este jueves 42 días en el corte ubicado a la altura del puente Ing. Roberto Robles Mendilaharzu. Mario Velázquez, juez de Instrucción en lo Penal de Monteros, consideró que la dirigente habría cometido al menos cuatro delitos, y ordenó su privación de la libertad con la modalidad domiciliaria y el desalojo de todos los civiles presentes en ese punto del camino -las medidas coercitivas fueron peticionadas por la fiscala Mónica García de Targa-. Nada de ello sucedió. La Policía provincial al mando del ministro Claudio Maley se echó para atrás debido a la presencia de numerosos seguidores de la indigenista, que la rodearon y se opusieron a su detención. El intendente de Tafí del Valle, Francisco Caliva, fue uno de los que bregó para que la medida no prosperara. Del otro lado de las vallas había una fila larga de autos que esperaba el permiso para pasar, según comentaron fuentes que presenciaron el procedimiento frustrado.

Tras repeler una orden de detención, la indigenista Mamaní se encadenó

El operativo policial es el segundo intento que hace la Justicia por disolver el esquema liderado por Mamaní, quien se erigió en guardiana del ingreso a los Valles. Antes, la fiscala García de Targa había procurado desplazar a la indigenista, pero tampoco pudo: en esa oportunidad también acudieron pobladores al auxilio de la indigenista. En esta ocasión, Mamaní recibió la noticia de que la Policía iba a sacarla con el suficiente tiempo como para congregar a sus adherentes. La presencia de estos ciudadanos disuadió a las fuerzas de seguridad quienes, además, carecieron del apoyo de los gendarmes y policías federales que habían sido convocados por Velázquez.

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