Al enterarse el Congreso de Tucumán de que el general Manuel Belgrano había regresado de su misión diplomática en Europa, e interesados en conocer cómo veían en el antiguo continente la revolución americana, lo citan a participar de una sesión secreta el día 6 de julio de 1816, oportunidad en la que propone como forma de gobierno -una vez independizados de España- una monarquía temperada en la cabeza de la Dinastía Inca. Su intervención fue conmovedora pero, sobre todo, su participación fue decisiva para que, a los tres días, el 9 de julio, se declarase la Independencia de las Provincias Unidas en Sud América, teniendo en cuenta que dicho Congreso estaba sesionando desde el día 24 de marzo de ese año.Tan importante acontecimiento se celebró, al día siguiente, con una misa en el templo de San Francisco y con un baile de gala, donde Belgrano conoció a Dolores Helguero (hija de don Victoriano Helguero y doña María Manuela Liendo), con quien inició un romance que daría como fruto el nacimiento de la hija de ambos, Manuela Mónica del Corazón de Jesús, el día 4 de mayo de 1819.Habiendo quedado embarazada Dolores de Manuela Mónica y siendo que al general Belgrano lo habían enviado en misión a Santa Fe, sin saber cuándo regresaría, la familia de Dolores decidió casarla con su primo Rivas para cubrir su buen nombre y honor. Al regresar Belgrano a Tucumán, en octubre de 1819, se encuentra con que había nacido su hija y que Dolores Helguero estaba casada. Por tal motivo, cada vez que él preguntaba por su hija lo hacía mencionándola como “ahijada”; y hacía que uno de sus edecanes se la llevara a su casa de La Ciudadela para verla.
Antes de partir Belgrano a Buenos Aires, en febrero de 1820, acordó con Dolores que cuando Manuela Mónica tuviera la edad de 5 años debía ser enviada a Buenos Aires para que su hermano, el canónigo Domingo Belgrano, le diera instrucción educativa. Además, al nombrarlo su albacea tenía la instrucción de cobrar lo que le debían (al prócer), pagar sus deudas y el remanente destinarlo a la educación de su hija, que había dejado en Tucumán. Pero, habiendo fallecido Domingo, su hermana Juana Belgrano fue quien se hizo cargo de la educación de Manuela, quien vivió en la casa donde nació y murió Belgrano, siendo así, reconocida por toda la familia paterna y la sociedad en general, como una Belgrano. Lo era no sólo en apellido siendo que tenía un gran parecido con su padre, el creador de nuestra Bandera, según se lo expresaba cada vez que la veía, Bernardino Rivadavia.
Según la historia familiar, la madre y la hija no se volvieron a ver, por lo que, pasado el tiempo, Manuela Mónica decidió enviar de obsequio a su madre un daguerrotipo con su imagen, para que la conozca. Pasados los años, quien fuera el esposo de Manuela Mónica (fallecida en Buenos Aires, en febrero de 1866), solicita a la familia de Tucumán ese daguerrotipo para dárselo a un artista que la inmortalizaría en el cuadro que conocemos hoy, y que ilustra esta publicación.
Y aunque el general Belgrano en su testamento, redactado el 25 de mayo de 1820, afirmara que no tenía ascendentes ni descendientes (posiblemente para no comprometer a las madres de sus hijos que eran casadas), existe un importante documento -que este año cumplió 200 años de existencia-, redactado y firmado por Belgrano el 22 de enero de 1820, en Tucumán, dirigido al Cabildo de esta ciudad en el que dejaba constancia que: “la quadra de terreno contenida en la donación que me hizo la Municipalidad y consta en los documentos antecedentes, con todo lo en ella edificado por mí, pertenece por derecho de heredad a mi hija Da. Manuela Mónica del Corazón de Jesús, nacida el cuatro de mayo de mil ochocientos diez y nueve, en esta capital, y bautizada el siete, siendo sus padrinos Dña Manuela Liendo y Dn Celestino Liendo, hermanos y vecino de la misma, para que conste lo firmo hoy 22 de enero de 1820 en la Valerosa Tucumán. Rogando a las juntas militares como a las civiles le dispensen toda justa protección. Belgrano.”
Lo valioso de este documento es que es el único, hasta la actualidad, en el que Belgrano reconoce públicamente que Manuela Mónica del Corazón de Jesús es su hija y para que no quepan dudas, aclara quiénes son sus padrinos de bautismo. El dato de la existencia de esta joya histórica que atesora el AHT fue proporcionado por Luis Yanicelli, presidente del Instituto Belgraniano de Tucumán.
Si bien dicen que Manuela Mónica fue cortejada por Juan Bautista Alberdi, lo cierto es que ella, finalmente, se casó con su primo Manuel Vega Belgrano, con quien tuvo tres hijos: Carlos, Manuel y Flora. Solo su hija Flora tuvo descendencia, también tres hijos que dejaron sucesión. Es así como, hasta el día de hoy, hay descendientes de Manuela Mónica del Corazón de Jesús con apellido Belgrano. Prueba de ello, es el licenciado Manuel Belgrano Lastra, presidente del Instituto Nacional Belgraniano, descendiente en quinta generación y cuarto nieto del prócer, de quien siente orgullo y honor de llevar su nombre y su sangre, además de una gran responsabilidad en la difusión de la vida y obra de su chozno, labor que realiza con total compromiso y siendo un verdadero ejemplo a seguir por todos los belgranianos. Y como suele decir que tiene un poco de sangre tucumana por descender en línea directa de Manuela Mónica vaya, a través de su persona, mis felicitaciones a todos los descendientes de tan ilustrísimo prócer y Padre de la Patria.
Gigliola Petrelli
Instituto Belgraniano de Tucumán