Pocas horas antes de su muerte, Nazarena Magalí Ramírez supo que había contraído coronavirus. La adolescente de 14 años falleció en una cama del hospital Julio Perrando, en la provincia de Chaco, y se convirtió en la víctima más joven del país que deja la covid-19.
Su cuadro era complejo: un informe publicado por Infobae indica que la jovencita tenía lupus, una neumonía severa y estaba recientemente operada de apendicitis.
"Los problemas para Naza comenzaron a finales del año pasado. Ella era una luz con la escuela. La disfrutaba, le iba bien con las materias. Y tenía una personalidad muy fuerte, era muy protagonista en los lugares donde estaba", relató a ese medio Roxana Obregón, una vecina y amiga íntima de Analía “Pelu” Ramírez, la mamá de la joven. "Pero empezó con problemas en los riñones, con dolores constantes, con fiebre y ya no podía terminar de recuperarse", recordó.
Nazarena vivía junto a su madre y a dos de sus hermanos. Según el relato de Roxana, "ya en el final de las clases del año pasado y en el comienzo de este año, le costaba ir a la escuela. Se había perdido un poco con las materias, pero lo peor es que no podía recuperarse del todo. Cada vez que iba al hospital, le decían que tenia una infección urinaria y un problema reumático sin demasiada consideración. Le daban antibiótico y a las semanas, volvían a aparecer los síntomas".
Durante los primeros días de abril, la condición de Nazarena empezó a empeorar. La fiebre no bajaba y al problema de los riñones se le sumó un dolor fortísimo en el bajo vientre. Finalmente, la derivaron al Perrando, el 7 de mayo.
Casi inmediatamente después de ingresar al centro de salud, fue derivada al quirófano para una operación: padecía un cuadro de apendicitis aguda que no había sido diagnosticado. "Hablé ese mismo día con Pelu, que no entendía bien todo lo que pasaba. Desde ahí, casi que hablamos todos los días", recordó Roxana.
Pero pasaron los días y Nazarena no mejoraba. Todavía estaba anémica y sólo podía alimentarse por suero. Entonces los médicos pudieron determinar finalmente qué era lo que había afectado a la niña desde hacía meses: padecía lupus eritematoso sistémico, una enfermedad autoinmune crónica que puede causar lesiones e inflamaciones en cualquier órgano del cuerpo.
Sin embargo, hasta la última semana de mayo nadie hablaba de coronavirus. Recién el 26, cuando se sumó un cuadro de neumonía e inflamación de los pulmones, se disparó la alarma.
"La semana pasada, el martes, me llamó ‘Pelu’ y me dijo ‘Necesitamos dadores de sangre porque la van a volver a operar Naza tiene líquido en los pulmones y los riñones siguen muy inflamados. No sé si va a pasar la operación’", contó la mujer. "Al otro día, yo ya esperaba lo peor. Me volvió a llamar 'Pelu' y me dijo que estaba junto a ella, que estaba despierta. Que no podía hablarle porque estaba toda entubada, pero que estaba consciente", agregó. Esa fue la última vez que vio a su hija.
Roxana dijo que “Pelu” la llamó el domingo al mediodía para avisarle que "Naza" había tenido un paro cardíaco. Pocas horas después la volvió a hablar: era para contarle que la adolescente había fallecido.
Según la amiga, “Pelu” Ramírez fue notificada a última hora del domingo que su hija había dado positivo para covid-19 en un hisopado que le realizaron hace unos días y que antes de perder la vida, había sido trasladada a la “Pastilla (zona) 6”, donde estaban internados los pacientes confirmados de coronavirus.