Monzón no lucía, pero era un demoledor de rivales

“Mostraba condiciones para ser campeón mundial”, dijo Berta al recordar las peleas contra Ale Alí

DEJÓ SU HUELLA EN TUCUMÁN. Carlos Monzón se presentó en el club Villa Luján y ya como campeón del mundo realizó una exhibición en Famaillá. DEJÓ SU HUELLA EN TUCUMÁN. Carlos Monzón se presentó en el club Villa Luján y ya como campeón del mundo realizó una exhibición en Famaillá.

Antes de llegar a ser campeón del mundo, Carlos Monzón mostró toda su categoría en el estadio Defensores de Villa Luján. El santafesino enfrentó en tres oportunidades a Emilio Ale Alí (una de esas peleas fue en Mendoza) y ya mostraba que tenía pasta para llegar bien arriba en el pugilismo.

El ex boxeador Luis Berta, que también fue técnico y manager de la Federación Argentina de Box, estuvo presente las dos veces que Monzón se enfrentó con el “Dinamitero del Abasto”. “Tenía pasta de campeón. No era un boxeador que lucía, pero te iba desgastando de a poco con sus golpes. Cuando avanzaba era temible, te demolía”, recordó Berta sobre el pugilista que era entrenado por Amílcar Brusa y que realizó 14 defensas del título mundial durante ocho temporadas.

La primera visita del santafesino al “Jardín de la República” fue el 9 de abril de 1965. En esa oportunidad, en un combate a 10 rounds, empató con Ale Alí. “En esa época ya se mostraba como un boxeador con un enorme futuro. El tucumano solamente pudo hacerle un buen planteo en algunos asaltos”, recordó Berta. LA GACETA del día siguiente reflejó la pelea y subrayó que el fallo estuvo mal, ya que Monzón fue superior, incluso mandó a la lona en el cuarto round a Ale Alí. Casi un año y medio después, Monzón consiguió su primer título al consagrarse campeón argentino.

La revancha llegó el 20 de diciembre de 1968, en Mendoza, donde el entonces campeón sudamericano y argentino derrotó con claridad a Ale Alí. “Era un boxeador que cometía muy pocos errores y que aprovechaba muy bien los desaciertos de sus rivales. Además tenía una gran habilidad para esquivar los golpes”, apunta Berta.

El viernes 5 de septiembre de 1969 llegó la tercera pelea. “Monzón es un cuco que no me asusta”, dijo Ale Alí antes del combate. Pero en esa oportunidad el visitante mostró todo su potencial. Le ganó por abandono en el séptimo round, después de dominar ampliamente desde el inicio. “En esa oportunidad había muchísima gente en Villa Luján. Monzón estaba en pleno ascenso y a Ale Alí lo seguía mucho público. Había una gran expectativa, pero el campeón mostró una clara superioridad en todos los aspectos. Fue acertado lo que hicieron desde el rincón del tucumano en arrojar la toalla. Monzón estaba para cosas mayores”, recordó Berta. Y realmente estaba para más Monzón, porque 14 meses después de esa presentación se consagró campeón del mundo de peso mediano al derrotar por nocaut al italiano Nino Benvenuti en el “Palazzo dello Sport” de Roma. A partir de ese 7 de noviembre de 1970, Monzón hizo 14 defensas de su título y triunfó en todos los combates hasta su retiro en 1977.

En 1976, meses después de vencer al colombiano Rodrigo Valdez y retener por décima tercera vez su corona de los medianos, volvió a Tucumán. Se presentó en un gimnasio levantado en la cancha de Famaillá ante una multitud, que pudo verlo durante una exhibición que efectuó con Oscar Ayala como sparring. También ofreció un show similar en el Palacio de los Deportes.

“Tucumán era la segunda plaza más importante de la Argentina en el boxeo. Era impresionante el auge que tenía este deporte en nuestra provincia. Los mejores boxeadores del país venían a pelear en Villa Luján. Casi todos los campeones pasaban por aquí”, destacó Berta.

Monzón también visitó Tucumán en un rol totalmente distinto: como actor de una película que filmó Ramón “Palito” Ortega en San Javier. “Además de ser demoledor, te podía definir la pelea con un solo golpe y lo demuestran las más de 60 peleas que ganó por nocaut. Por suerte pudimos verlo en nuestra provincia”, celebra Berta.

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