Reciclar, una necesidad cada vez más apremiante

La Municipalidad de Yerba Buena ha comenzado la recolección de residuos reciclables, que se realiza todos los jueves, como parte de un programa de separación de desechos domiciliarios. Ahora los vecinos deben separar en bolsas los residuos de plástico, metal, papel, cartón y vidrio, entre otros, y entregarlos secos y limpios para que los lleve el camión recolector. En caso de que no haya pasado el camión, se ha adjuntado teléfono para informar vía Whatsapp para que se pase a retirar la carga.

Se trata de una etapa importante para retomar el programa que había sido prácticamente suspendido durante la cuarentena, y que dependía de la voluntad de los vecinos que, a medida que se flexibilizó el aislamiento, se acercaban al centro de reciclaje de República del Líbano al 800 a dejar los desechos reciclables.

Por otra parte, Yerba Buena, como muchas ciudades del país, también ha colocado en sitios estratégicos contenedores para recibir residuos vecinales, con el fin de evitar los basurales clandestinos. Pero estos sitios, en su mayoría, se han convertido en basurales. La pandemia ha agravado la situación sanitaria, en ese sentido.

El cierre de actividades generado por la emergencia de coronavirus ha cortado la cadena de la economía circular de elementos renovables: por ejemplo, las cubiertas usadas iban a cementeras en Córdoba y el vidrio iba a Mendoza. El Municipio tiene desde hace años el proyecto de islas verdes para realizar ecocanjes (entrega de materiales reciclables a cambio de compost, fertilizantes y plantas) y la tarea ha ido creciendo de manera dispar. Cada habitante de Yerba buena produce 0,57 kg de basura por día. Son 210.000 kilos por mes. De ellos se recicla sólo el 10%. Además, la cantidad de residuos verdes, desde que se decretó el aislamiento, ha crecido de 600 a 1.000 toneladas mensuales, por lo que se pidió a los vecinos ser cuidadosos con estos desechos, dado que hay una limitación de personal debido a la pandemia.

Antes de esta emergencia se había detectado dificultades en cuanto a la concientización de la gente, como había señalado el director de Medio Ambiente. “Tuvimos muchas disputas con los vecinos porque algunos no querían que estén las islas y otros no tenían problema”, dijo a comienzos de año. En este sentido, la Municipalidad de Tafí Viejo, que ha montado una planta de reciclaje de residuos, ha avanzado más en esta temática, cada vez más necesaria en nuestro medio y a esta planta se han estado integrando iniciativas como la de Yerba Buena.

Puede decirse que en la sociedad está creciendo la conciencia sobre la necesidad de reciclar, sobre todo entre los jóvenes. De hecho, hay muchos lugares y organizaciones que se ocupan de recibir y ayudar a transformar elementos como aceite, plásticos, vidrios, metales, gomas, todo tipo de papeles, pilas, electrodomésticos y desechos informáticos o electrónicos, motores y baterías de auto.

Pero son iniciativas aisladas, que requieren una complementación con una política integral de reciclado, como la que está llevando a cabo Tafí Viejo o como la que intenta establecer Yerba Buena, que cada vez deben ser más intensas y abarcadoras. Bueno sería que la Capital también se sume y que, en el marco de una política provincial, lo mismo hagan otros municipios del interior, que en general mantienen modos de recolección de residuos iguales a los de hace 30 años, que hoy resultan absolutamente contaminantes.

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