El crimen del cura: detectan sangre humana en la vaina del cuchillo que aportó una testigo

Se trata del arma blanca que había sido comprada por una vecina a un indigente.

EL CUCHILLO. Lo entergó una mujer a la Policía tras haberlo comprado y lavado. EL CUCHILLO. Lo entergó una mujer a la Policía tras haberlo comprado y lavado.
29 Julio 2020

Los investigadores a cargo del caso por el homicidio del sacerdote Oscar Juárez obtuvieron dos indicios que podrían resultar claves para el esclarecimiento de los hechos.

Según fuentes con acceso a la pesquisa, en la vaina del cuchillo que le entregó una testigo a la Policía se detectaron rastros de sangre humana. Ante este hallazgo, se avanzará con los trámites para la realización de una pericia genética, con el objetivo de determinar si el fluido corresponde al ADN del cura de la parroquia de San Martín de Porres.

En paralelo, se constató además que la campera negra secuestrada al único imputado por el crimen, Jorge Leonardo Herrera, también presenta manchas que serían de sangre, aunque no se confirmó todavía de qué tipo. Por ello, esta prenda también será sometida a pericias que permitan establecer con precisión si se trata de material genético humano, y en ese caso, si es compatible con el ADN de la víctima.

Hace dos semanas, el cuerpo de Juárez fue hallado en medio de un charco de sangre en el dormitorio que ocupaba en la casa parroquial de San Martín de Porres, en Villa Luján.

La autopsia determinó que había sido asesinado de 15 puñaladas, muchas de ellas en la zona de la espalda, y una letal que le perforó el pecho.

Si bien los investigadores, a cargo de la fiscala Especializada en Homicidios, Adriana Giannoni, secuestraron en principio una sevillana al acusado, se refuerza la hipótesis de que el cura fue ultimado con un cuchillo que fue aportado por una testigo.

Poco después del crimen, efectivos de la Policía comenzaron a rastrillar el canal Sur para tratar de dar con el arma blanca. En ese contexto, una mujer se acercó para preguntarles qué estaban buscando. Tras escuchar a los uniformados, la vecina volvió a su casa, recogió un cuchillo que había comprado a un indigente conocido como "Lágrima" y se presentó en la seccional 3° para entregárselo a las autoridades.

Si bien la hoja ya había sido lavada por la mujer, la vaina del cuchillo permanecía prácticamente intacta. Por eso, las autoridades buscaron allí material genético que podría estar conectado con el crimen del sacerdote.

A este elemento se suman las manchas de sangre que habrían sido detectadas en la campera secuestrada al imputado, según confirmaron fuentes judiciales.

En este caso, no se ha determinado todavía si el fluido es de origen humano o animal. Por ello, también se avanzarán con estudios más detallados para obtener pruebas más certeras.

Hoy, Herrera declaró ante la fiscala Giannoni, asesorado por sus abogados Manuel Pedernera y Lucas Hernán Ramón., y reafirmó que es inocente de los cargos en su contra.

La hipótesis central en la pesquisa es que el joven, hijo de la secretaria de la parroquia, Norma Velárdez, había concurrido al lugar con fines de robo. De hecho, una de las principales incógnitas en el caso es el origen de los 60.000 dólares que la víctima le había entregado a uno de sus hermanos poco antes del crimen. Tras el asesinato, la familia de Juárez resolvió hacerle entrega del dinero a la Justicia por entender que podría estar vinculado con el móvil del homicidio.

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