Volver atrás no soluciona las cosas

En un abrir y cerrar de ojos Tucumán dejó atrás la aparente calma. Esa que precede a las tormentas y para las que debemos estar preparados. En una semana la provincia sumó 104 casos de Covid-19, según confirman de manera oficial las autoridades sanitarias. Los ojos de los tucumanos están puestos en Lastenia, Las Talitas y en las ciudades donde se detectaron los nuevos infectados, en su mayoría, asintomáticos. De los 17 departamentos que tiene Tucumán, en 14 se han reportado casos en las últimas horas. La preocupación se mueve entre quienes tienen o tuvieron contactos con los empleados de una conocida panadería local (que decidió cerrar las puertas de sus sucursales de manera preventiva y donde ya se confirmaron 21 casos positivos) y los transportistas de carga que circulan por las rutas del país y con quienes en ocasiones, viaja el virus.

La ministra de Salud y su equipo aseguran que el llamado “bloqueo de foco” está dando resultados y que la clave está en detectar cada caso en el momento indicado para evitar la propagación del coronavirus. Por eso se realizan innumerables test e hisopados en las clínicas móviles y hospitales de referencia.

En el medio, las noticias van y vienen por los diarios, canales, radios y redes sociales. Algunas reales, otras falsas, pero lo cierto es que el pánico se ha extendido en Tucumán y gran parte de la sociedad pide volver a Fase 1. Todo un retroceso y casi un déja vu. “Sabemos que esto se podría haber evitado si se hubiera cumplido con todas las recomendaciones”, dijo antes de ayer la ministra de Salud.

No podemos negar que nos relajamos y que al compás de las flexibilizaciones los tucumanos dejamos de respetar distancias, usamos menos el barbijo y nos amontonamos sin temor en el microcentro, en reuniones familiares, bares y comercios. Tampoco fuimos constantes con el lavado de nuestras manos y olvidamos algunas veces (si no muchas) el alcohol en casa. Pero ahora queremos volver el tiempo atrás, aunque para muchos eso signifique perderlo todo, empezando por su trabajo.

La pandemia ha golpeado con fuerza al mercado laboral y en un informe presentado este miércoles en el ciclo “Panorama Tucumano”, se anticipó que las mediciones del Indec correspondientes al segundo trimestre de este año proyectan un desempleo de alrededor del 15 por ciento.

Tanto empresarios como economistas coinciden en esa afirmación y aseguran que las cifras preocupantes las veremos a fin de año. Dudan incluso de que pueda haber una recuperación en enero de 2021. Agostina, Alejandra, Mariel, Jonathan y Oscar lo viven en carne propia. Son las caras detrás de los números de desocupación en Tucumán, que también mostró “Panorama Tucumano”. Ellos no quieren volver a Fase 1. Sus familias dependen del trabajo de cada día. No tienen un sueldo fijo y están lejos de la estabilidad laboral. Lo perdieron todo en esa etapa estricta de la cuarentena, cuando solo estaban habilitadas actividades esenciales. “Meter la mano en los bolsillos y no tener para desayunar es terrible. Extraño mi vida anterior, mis equipos, mi cámara de foto, mi rutina diaria, todo”, cuenta Oscar Juárez, que trabajó los últimos años como fotógrafo en un colegio hasta que la pandemia lo dejó sin nada.

Tucumán necesita seguir en movimiento y reactivar la actividad productiva y comercial. No es momento de polarizar posturas; al contrario, es hora de sacarnos la venda de los ojos para ayudar a quien la pasa mal. Pero con el barbijo puesto.

Esta nota es de acceso libre.
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