Entrevista a Ray Bradbury: “Todos mis libros son para niños”

ENCUENTRO CERCANO DEL MEJOR TIPO. Devin Brendan Kelly entrevistó a los 12 años a Bradbury, su autor favorito. ENCUENTRO CERCANO DEL MEJOR TIPO. Devin Brendan Kelly entrevistó a los 12 años a Bradbury, su autor favorito.
16 Agosto 2020

Por Devin Brendan Kelly

PARA LA GACETA - VENTURA (CALIFORNIA - EE.UU.)

Los comienzos

- ¿Cómo supo que sería escritor?

- Mi libro favorito era Tarzán de los monos, de Edgar Rice Burroughs. Lo leí a los nueve años. Luego seguí con el resto de los libros de la serie de Tarzán. Y a los 12 empecé a leer Thuvia, una virgen de Marte, El ajedrez vivo de Marte y el resto de los libros marcianos de Rice Burroughs. Fue a esa edad cuando escribí mi primer libro, que fue una secuela de la serie marciana.

- ¿Qué técnicas deben implementarse para empezar a escribir?

- Simplemente sentarse y escribir. Uno se enseña a sí mismo. Hay que escribir una pequeña historia cada día y, al cabo de unos pocos años, uno se convierte en escritor. Previamente, hay que leer libros que te gusten. Si Julio Verne o H.G. Wells te gustan, ellos te enseñarán a escribir.

- ¿A qué cree que se debe que grandes escritores de ciencia ficción, como Julio Verne, hayan concebido inventos revolucionarios y trascendentes, adelantos técnicos, mucho antes de que los científicos los pergeñaran?

- Se trata de genios que se apasionaron con lo que hacían y de su pasión surgieron grandes ideas. Nunca dejaron de hacerse preguntas y se transformaron en volcanes creativos.

- ¿Qué consejo le daría a quien quiere convertirse en escritor?

- Básicamente uno: haz lo que amas y ama lo que haces. Asegúrate de que la escritura es algo que amas locamente. Y no escuches a quienes intentan disuadirte. Ellos no pueden entenderte ni comprender tu pasión.

- ¿Escribió por dinero?

- El dinero es siempre la razón equivocada para escribir. Uno debe elegir lo que ama. Empecé a ganar dinero siendo bastante grande. Cuando me casé no tenía auto ni teléfono. Mi esposa trabajaba en una compañía importante y su sueldo nos mantenía a ambos. Eso me permitía escribir. Nunca pensé en el dinero sino en lo que quería escribir en cada momento.

- Lo escuché hablar sobre Aldous Huxley y la poesía. ¿Cómo empezó a escribir poesía?

- Uno aprende a escribir todos los días. Aldous Huxley me dijo una vez: “¿Sabes lo que eres? Eres un poeta”. Yo no lo sabía. En el medio de mis historias había pequeñas piezas de poesía mezcladas con la prosa. Pero aprendí a identificarlas mucho tiempo después de haberlo hecho. Y fue Huxley quien me hizo descubrir que había un poeta dentro de mí.

Personajes en busca de su autor

- Mencionó muchas veces la palabra amor. ¿Qué significa para usted?

- Todo en la vida está relacionado con el amor. Es la sustancia que hace que la vida sea fácil de vivir. Uno debe leer los libros que ama, ver las películas que ama. Sea cual sea la actividad que uno realice. Ya sea nadar, jugar al básquet o correr. Todos debemos hacer lo que realmente queremos.

- Fahrenheit 451 encabeza la lista de libros más leídos en los colegios norteamericanos. ¿Qué vigencia tiene después de más de medio siglo de haber sido escrito?

- Cuando era joven me impactó la quema de libros en la Alemania nazi. Me recordó a la destrucción de la biblioteca de Alejandría. A un amante de las bibliotecas y de los libros como yo, esos hechos lo perturbaron profundamente. Fahrenheit 451 surgió de esa perturbación. Algo fantástico que me ocurrió hace poco fue enterarme de que una traducción de mi novela sería hecha en Egipto y editada nada menos que en Alejandría. Me emociona pensar que eso ocurrirá en el mismo lugar en donde hace más de 5.000 años se perdió la mayor biblioteca de esa época.

- ¿Cómo nació su relato El peatón?

- Es una historia que escribí hace ya más de 55 años. Una noche caminaba por la calle, y un policía me paró y me preguntó qué estaba haciendo. Contesté que simplemente estaba poniendo un pie delante del otro. El policía cuestionó mi versión aduciendo que no había ningún otro peatón en diez millas a la redonda. Me enojó el hecho de que la policía cuestionara mi derecho a ser un simple peatón. Por eso, esa misma noche volví a casa y me senté a escribir una historia que titulé El peatón, y que luego publiqué en una revista. Dos años más tarde salí a dar un paseo con El peatón en mi cabeza. El relato me llevó a encontrarme con una joven llamada Clarisse McClellan que me preguntó: “Señor, ¿es usted Guy Montag?”

Ella continuó: “Creo que sé quién es. Usted es el bombero que quema libros. Puedo afirmarlo por el olor a querosén de su uniforme”. En los siguientes nueve días, Clarisse McClellan y Guy Montag me dictaron Fahrenheit 451. Todo surgió de El peatón y de un afortunado encuentro con un policía.

- ¿Es muy distinto escribir para niños que hacerlo para los adultos?

- No, en absoluto. Todos mis libros son libros para niños. Pongo en ellos excitación, gloria y amor. Son libros que los adultos compran, los leen y se los pasan a sus hijos. Y es porque todavía sigo siendo un niño de 12 años, un niño que escribe libros.

- ¿Cuán importante es la lectura en los niños?

- Aprender a leer correctamente es aprender a pensar. Si uno sabe leer y escribir entonces uno tiene la posibilidad de mirar al mundo y encontrar verdades en él.

La música y el cine

- Su literatura ha influido mucho sobre músicos célebres...

- Cuando se editó uno de mis primeros libros, El hombre ilustrado, Elton John lo leyó. Su primer álbum, Rocket man, surgió de la lectura de mi libro. Una noche me invitó a uno de sus conciertos. Me llevó a los camerinos en donde estaban las grandes estrellas de rock de ese momento, más de una docena de ellas. Me presentó a Los Beatles. Ringo Starr estaba muy excitado y corrió para abrazarme. Los demás me rodearon e hicieron lo mismo. Esa noche hubo un efecto contagio. Luego aparecerían varios grupos de rock con nombres derivados de títulos de mis libros. Uno se llama El país de octubre; otro, El árbol de Halloween. Hay también uno que se llama El cohete. Es algo insospechado y a la vez maravilloso.

- ¿Cuál considera que ha sido la mejor adaptación de un libro suyo al cine y qué opina de la industria?

- Prefiero no involucrarme mucho con ella porque la industria cinematográfica está interesada en el dinero y no ama lo mismo que yo amo. Con respecto a las películas que hice, una de las mejores es El carnaval de las tinieblas, porque es la que más se acerca a mi libro. Jason Robards está magnífico en la interpretación del padre. Creo que es el film más logrado.

- ¿Cuál es su película preferida?

- Una de las grandes películas de todos los tiempos es Encuentros cercanos del tercer tipo, de Steven Spielberg. Es un film religioso. Me recuerda al fresco del Vaticano en el que Dios se acerca a Adán hasta casi tocar su dedo índice con el suyo. En la película, los visitantes del espacio invitan a los terrestres a abordar su nave para viajar a través del universo. Tiene una connotación religiosa. Puede interpretarse como el descenso de Dios, un Dios que nos dice: “vengan conmigo y conozcan el universo”. El maravilloso François Truffaut, que aparece en la película, es una suerte de sacerdote del film. Es quien intenta despertar nuestro sentido religioso, nos invita a relacionarnos con el universo. Parece decirnos: “contemplen y adoren.”

- ¿Cree que se acentuará la exploración espacial?

- No estamos a la altura de nuestro tiempo. Nunca debimos dejar la Luna. Debimos quedarnos ahí y prepararnos para bajar en Marte. Nos llevará unos 50 años preparar la Luna para poder viajar a Marte.

© LA GACETA

Devin Brendan Kelly – Estudiante norteamericano y devoto admirador de Ray Bradbury. Tenía 12 años cuando hizo esta entrevista, en 2008, en el estudio del escritor, en Ventura.

Perfil

Ray Douglas Bradbury nació en Illinois, EEUU, el 22 de agosto de 1920, y murió en Los Angeles, el 5 de junio de 2012, a los 91 años. Es considerado uno de los más grandes escritores de la segunda mitad del siglo XX. Para muchos, el mayor exponente de la ciencia ficción de todos los tiempos. Su obra transitó por muchos géneros. En 1950 publicó Crónicas marcianas, uno de sus libros más populares, que sería llevado a la televisión en 1980, con Rock Hudson entre los principales intérpretes. En 1951 aparecería El hombre ilustrado y, dos años más tarde, la que probablemente fue, y sigue siendo, su novela más reconocida, Fahrenheit 451. Como muchos otros de sus textos, fue llevada al cine; en este caso, con la dirección de François Truffaut. Otros títulos de su prolífica obra son El país de octubre, Remedio para melancólicos, El convector Toynbee y, entre los últimos, El verano de la despedida (2006) y Ahora y siempre (2009). Bradbury recibió infinidad de premios literarios y variadas distinciones a lo largo de su carrera. Un asteroide lleva su nombre, como forma de reconocimiento a sus creaciones. Parte de su obra, tanto en prosa como en verso, se plasmó en dos libros que hizo junto con Aldo Sessa. Se trata de Fantasmas para siempre (1980) y Sesiones y fantasmas (2000). Bradbury colaboró en LA GACETA Literaria, con diversos textos que fueron ilustrados por Aldo Sessa. En la edición de hoy reproducimos uno de sus poemas, publicado originalmente en este suplemento en 1980.

Hacer es ser *

Por Ray Bradbury

PARA LA GACETA - LOS ANGELES

Hacer es ser.
Haber hecho no basta.
Colmarse de haceres: esa es la cosa.
Poder nombrarte cada hora por lo hecho,
recopilar tu tiempo al fin del día
y descubrirte en actos que aún no conocías
y cortejaste en ese ser secreto
que tanto cortejo requiere.
La acción saca a la luz,
mata la duda al saltar y correr
para ser el yo recién descubierto.
No hacer es morir
o dejarse estar y trampear con las cosas
que un día hemos de hacer.
¡Basta ya!
El mañana queda vacío
si el hombre no lo llama a ser
con su móvil modo de ver.
Que tu cuerpo guíe a tu mente.
que el perro-guía empuje al ciego
para ejercerse y tantear,
buscando el alma del universo,
sabiendo que el ver-mover
prueba por siempre: ¡hacer es ser!

* Publicado en LA GACETA Literaria, el 25 de octubre de 1981.

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