17 Septiembre 2020
DATOS CRUDOS. En 2018, 10,3 millones de brasileños sufrían de hambre, sin contar a las personas en situación de calle, que no fueron relevadas. TÉLAM.
Unos 10,3 millones de brasileños -un 5% de la población del país- tienen problemas de hambre y falta de alimentación, a raíz de la pobreza y de la falta de ingresos para poder comer dignamente.
Los datos fueron divulgados hoy por el del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE). Corresponden a mediciones realizadas durante 2018 quemuestran cómo Brasil volvió ese año al Mapa del Hambre de la Organización por la Agricultura y la Alimentación (FAO), luego de una reducción que había sido iniciada en 2002.
Funcionarios del IBGE precisaron que el relevamiento fue realizado sólo en domicilios; es decir, los resultados no incluye a las personas en situación de calle.
En 2018 Brasil navegaba para salir en la peor recesión de la historia y mientras el hambre avanzaba el Gobierno del presidente Michel Temer, luego de la destitución de Dilma Rousseff, en 2016, aprobaba la reforma laboral y la enmienda constitucional que congeló por 20 años el gasto social.
De 2013 a 2018, según el IBGE, tres millones de personas se sumaron al contingente de los que no tenían acceso regular a la alimentación básica.
La mitad de los niños menores de 5 años, dice el IBGE, tenían problemas alimentarios en 2018.
Otro dato muestra el histórico escenario de desigualdad de género debido a que las mujeres ganan menos que los hombres. Más del 50% de las casas donde hay hambre son lideradas por mujeres solas.
"Hubo una disminución de la seguridad alimentaria", dijo André Costa, del IBGE.
La región con más hambre en 2018 era la del noreste, tradicionalmente la zona más pobre del país.
De acuerdo al IBGE, la inseguridad alimentaria o situaciones de hambre de 8,2% en 2004 a 5,8% en 2009, para bajar aún más en 2013, al 3,6%.
La dirigente opositora Tereza Campello, ex ministra de Desarrollo Social y Combate el Hambre de los Gobiernos de los ex presidentes Rousseff y Luiz Inácio "Lula" da Silva, acusó a los Gobiernos de Temer y de Jair Bolsonaro de haber abandonado las políticas para combatir la inseguridad alimentaria.
"El informe de FAO de 2014 apunta que los factores decisivos para Brasil salis del mapa del hambre mundial fue el aumento de ingresos de los más pobres, la creación de empleos formales, el programa Bolsa Familia, fortalece la agricultura familiar y mejorar la merienda escolar. Después de 2016, todo eso desapareció", comentó. (Télam)
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