“La alimentación de la madre dejará una impronta metabólica durante la formación del feto e influirá en la salud del niño durante toda su vida. Los lácteos son claves en el contexto de una dieta saludable”, advirtió, en diálogo con la agencia Europa Press, Rosaura Leis, médica pediatra del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela, España, y miembro del Comité Científico de la Organización Interprofesional Láctea.
La especialista explicó que la mujer gestante, en el marco de una alimentación saludable, deberá tomar al menos tres raciones de lácteos al día, porque son una garantía de salud para la madre y para el niño.
A la hora de cuantificar las necesidades de calcio que presentan las madres cuando están gestando a sus bebés, los expertos las cifran en función de la edad de estas entre 1.000 y 1.300 miligramos al día. En la leche y en los productos lácteos encontramos una forma adecuada, saludable y sabrosa de suplir el calcio necesario.
La mayor parte de las guías en alimentación recomiendan tomar entre dos y cuatro raciones por día de lácteos, dependiendo de la edad y circunstancias de cada colectivo. Los lácteos aportan proteínas de alto valor biológico, grasas e hidratos de carbono, fundamentalmente en forma de lactosa, además de calcio, magnesio, fósforo, zinc y otros minerales, así como vitamina B12 y A, todos ellos con importantes funciones en el organismo.
No obstante, si se tienen en cuenta estrictos criterios científicos, y por tramos de edad, se recomienda que los niños de corta edad tomen entre cuatro y cinco raciones al día, los niños y adolescentes entre tres y cuatro, en cada caso, cuatro las embarazadas y de tres a cuatro las personas de edad avanzada.