WASHINGTON, Estados Unidos.- A tres semanas de las elecciones en Estados Unidos, los sondeos pronostican una victoria del candidato presidencial opositor Joe Biden en los estados clave, mientras que, con una mayoría demócrata asegurada en la Cámara de Representantes y una nominación de la Corte Suprema en juego, el Senado se volvió la otra gran batalla y los republicanos podrían perderla.
En Estados Unidos, el voto popular no decide quién será el presidente, sino que los candidatos deben ganar primero en cada estado. Luego, se suma cuántos electores cada uno de esos distritos aporta al Colegio Electoral, donde un aspirante debe reunir 270 delegados para ser declarado presidente electo.
Muchos estados mantienen un voto consistente a favor de uno de los partidos principales en las presidenciales, por lo que la definición suele depender de un puñado de distritos, incluso algunos pequeños que no reflejan la diversidad racial del país.
Según Jon McHenry, vicepresidente de North Star Opinion Research, encuestadora que trabaja con candidatos republicanos, los estados que podrían definir la elección son los que terminaron con un resultado más ajustado en 2016, cuando el presidente y candidato a la reelección, Donald Trump, ganó y sorprendió al mundo entero.
Según encuestas publicadas por el portal Real Clear Politics, Biden está primero en la mayoría en los estados “disputados” y empatado en dos: Carolina del Norte y Iowa. En el primero, Trump ganó por 3,7 puntos en 2016 y, en el segundo, con 9,5.
Florida muestra una tendencia a favor de Biden, pero los republicanos no la dan por perdida y coinciden en que será, otra vez, un distrito crucial, donde se pondrán en juego el voto latino y el de los adultos mayores.
Trump cortejó durante la campaña a parte del voto latino, minoritario en el estado, pero influyente en Miami, donde domina la comunidad cubana. Este sector suele votar por los republicanos, por su oposición al gobierno de Cuba. McHenry sostiene que, para garantizarse Florida, Trump debería volver a ganar entre quienes lo apoyaron en 2016: los mayores de 65 años.
Este sector, como las minorías y los sectores pobres fueron los más afectados por la pandemia, que golpeó a Estados Unidos como a ningún otro país: más de 7,7 millones de casos confirmados y cerca de 215.000 muertos.
Hace cuatro años, las encuestas nacionales pronosticaron correctamente que Hillary Clinton, la candidata demócrata, ganaría el voto popular, pero los sondeos no reflejaron el giro electoral en el cinturón industrial del noreste del país, identificado por el declive de ese sector económico desde la década de 1970.
Los sondeos de los estados “en disputa” auguran que Biden hará una elección mejor que la de Clinton. Y todos miran con atención a tres estados del cordón industrial que Trump ganó por poco: Wisconsin, Pensilvania y Michigan. A ellos se suma otro estado del cinturón industrial que está en duda: Ohio. Este estado, donde Trump ganó con más de ocho puntos en 2016, hoy aparece en empate técnico, con una ínfima ventaja a favor del mandatario. Con este escenario, y ante la presión de Trump para ratificar en tiempo récord a su nominada para la Corte Suprema antes de las elecciones, la atención viró hacia el Senado, la única de las dos cámaras del Congreso podría cambiar de color político.
Los republicanos poseen una mayoría de 53-47 en el Senado y el 3 de noviembre se jugarán 35 bancas, 23 en manos de ellos y 12, de los demócratas. (Télam)