Unos 150 artesanos de Simoca y de comunidades vecinas se agruparon para dejar constituida la organización civil “Manos Simoqueñas”. La entidad en realidad nació hace un año y tiene entre otros objetivos los de “promover el trabajo, la creatividad artesanal, consolidar la identidad cultural del lugar y contribuir al bienestar de todos sus integrantes”.
La pandemia de la Covid-19 aunque golpeó su economía, no alcanzó para llegar a desalentar la labor creativa que venían desarrollando y que exhibían en espacios públicos de ese municipio y de otros de la provincia.
Al perder esos lugares de ventas por el aislamiento sanitario, los artesanos apelaron a la virtualidad, y con ayuda de la municipalidad local visibilizaron la oferta de su actividad en internet, a través de una página web.
También pusieron en práctica el trueque, sistema ancestral que les ayudó para sobrevivir en medio de una la crisis sanitaria y económica.
“Han sido momentos difíciles y hoy tratamos de salir adelante. Y lo estamos haciendo trabajando con mucho entusiasmo y con el afán de dejar bien parado el prestigio cultural de Simoca”, apuntó Eleonora Marchetti, presidenta de Manos Simoqueñas. Ahora, en víspera de la Navidad, cuando crecen las ventas, tiene la esperanza de que los integrantes de la agrupación tengan un sosiego económico.
“Es que este martes (por mañana) y el miércoles, en la plaza Bartolomé Mitre de Simoca, los artesanos van exponer sus trabajos a partir de las 20, en la que se denominó la “Expo Navidad”, organizada con el apoyo de la municipalidad local.
Protocolo
El encuentro en el paseo público se desarrollará con un estricto protocolo de bioseguridad, que estará a cargo de personal sanitario
Para esta ocasión especial, actuará un coro de lugareños interpretando villancicos y habrá numerosos sorteos.
La entidad civil se inició con 40 integrantes. Ahora suman alrededor de 150 hombres y mujeres dedicados a la producción de productos tejidos de manera artesanal, trabajos con cuernos de animales, con maderas y distintos elementos en cuero.
También figuran en sus fabricaciones los dulces artesanales, también juguetes y decoraciones en vidrio.
La dirigente apuntó que desde hace 15 días la agrupación de artesanos tiene también un espacio en la feria simoqueña.
Entre sus integrantes se destacan Leonel Córdoba, quien fabrica sulkys en miniaturas; Carolina Solórzano en escultura; Ángela Paz, en la producción de dulces y de licores artesanales, y los talabarteros Lalo Camuz y Emiliano Jaume.
Un tapiz en el Vaticano
Los miembros de Manos Simoqueñas relatan con orgullo el hecho de que uno de sus trabajos llegó a manos del Papa Francisco. Se trata de un tapiz tejido a crochet, con la imagen de un cáliz, realizado por doña Ofela Albornoz.
Apuntan que fue el propio pontífice quien lo recibió de manos del sacerdote Luis Álvarez, en una reciente visita que realizó el prelado a Italia. Una foto que exhiben los interlocutores de la organización certifica ese momento.
Eleonora, también artesana en tejidos, contó que la entidad nació a partir de una experiencia que ella misma tuvo en una muestra artesanal a la que fue invitada en Monteros con doña Ofelia, su madre. “Cuando llegamos ahí vimos que la dimensión de la exposición era bastante importante y a nosotros nos despertó la iniciativa. De ahí es que surgió la idea de reunir a todos los artesanos de nuestro departamento para armar un stand comunitario”, precisó.
Según la dirigente, a partir de esa convocatoria comenzaron a aproximarse tejedoras, entre ellas algunas víctimas de violencia de género que no se animaban a vender en público, y otras sin trabajo fijo.
“Tenemos la convicción de que no hay que esperar del asistencialismo del Estado, sino de una política que estimule el trabajo y la producción. A nivel local el municipio nos apoya permanentemente, pero no nos obsequia nada. Todos vivimos de nuestro trabajo” apuntó la tejedora.
“Lo importante es que ésta gente advirtió que tiene una habilidad que les puede abrir varias puertas que lo conduzcan a su crecimiento personal. A través de nuestra organización se los capacita, se les enseña a vender, porque muchos no lo saben hacer”, detalló.
Por su lado, el artesano Leonel Córdoba, licenciado en Artes Plásticas, reconoció que Manos Simoqueñas le dio impulso a una idea que venía pergeñando desde hace tiempo y la pudo concretar: fabricar sulkys, en tamaño reducido. “Es un vehículo emblemático en nuestro pueblo; todos los que nos visitan los quieren llevar de recuerdo”. Concluyó que están organizados y más entusiasmados y dispuestos “a concretar todo lo que nos proponemos”.
Manos Simoqueñas ya está generando además fuentes de trabajo. Algunos de los artesanos del grupo incorporaron hasta tres colaboradores.