Cumple 63 años el pesebre más grande que se hace en Monteros

Don Miguel Ángel tiene 83 años y mantiene en su ciudad la tradición que inició su hermana Isabel. El belén es visitado por fieles de todas partes.

EN PLENA TAREA. Don Miguel Ángel, trepado a una escalera para llegar a la parte superior, coloca la estrella. El pesebre mide tres metros de altura. LA GACETA/FOTOS DE RODOLFO CASEN EN PLENA TAREA. Don Miguel Ángel, trepado a una escalera para llegar a la parte superior, coloca la estrella. El pesebre mide tres metros de altura. LA GACETA/FOTOS DE RODOLFO CASEN

En 1957, con 20 años, don Miguel Ángel Risso Patrón fue testigo de una obra que comenzó en el hogar de su hermana Isabel y que ya se transformó en una tradición: armar el pesebre más enorme de Monteros. Recordó que en un principio se hizo en el patio de la casa, pero un año una feroz tormenta lo destruyó. Entonces, Isabel comenzó a levantarlo dentro de la casa. La muchacha falleció al poco tiempo. A partir de esa desgracia, él asumió la responsabilidad de hacerlo cada Navidad para mantener viva la memoria de Isabel y de darle continuidad a la costumbre.

Hoy, con 83 años y en su casa de calle Lamadrid 194, don Miguel exhibe con orgullo su trabajo. En esta ocasión el pesebre también representa el recuerdo de su hija Silvina, que pereció este año a causa de una enfermedad crónica.

“El pesebre tiene mucho de homenaje a ellas. Es como volcar el espíritu de entusiasmo y lucha que tuvieron en vida”, comentó.

LOS REYES MAGOS. Unos niños disfrutan de la recreación monteriza. LOS REYES MAGOS. Unos niños disfrutan de la recreación monteriza.

La obra fue levantada durante una semana en un amplio living. Tiene cinco metros de frente y tres de alto. Reúne cientos de piezas de yeso. Representan al Niño Dios, a la Virgen María, a San José, los Reyes Magos y diversos animales. Los camellos tienen 70 cm de alto. “Es un trabajo duro, que siempre tiene la colaboración de los parientes. Mi esposa (Marta Herrera) me da una gran mano, al igual que los nietos y a veces algún vecino. Se comienza con la juntada de musgo y se sigue con el armado de la estructura y el ordenamiento de las imágenes”, contó.

Muchas visitas

Recordó que su padre, José Manuel, un año después de la muerte de Isabel, fue el que lo impulsó a que hiciera el pesebre. “Él no lo iba a hacer porque estaba desanimado. Pero me preguntó si yo podía. Entonces me puse en la urgencia de armarlo. Fue el mismo 24 y lo terminé justo a la medianoche. Lo celebramos lindo”, evocó.

El pesebre de los Risso Patrón es visitado por numerosos vecinos del lugar y de otras provincias. Don Miguel Ángel, padre de dos mujeres y dos varones, dijo que recibió familias de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Santiago del Estero, entre otras. “Es muy bueno ver palpitar la fe de la gente que se llega hasta aquí. Por eso es mi intención seguir con esta tradición mientras tenga salud y fuerza”, anticipó.

Su hija Cecilia dijo que admira el entusiasmo de su padre en esta obra. “Él hizo de este pesebre una tradición en la ciudad. Es uno de los más imponentes y atrae muchas personas en la Navidad, en su mayoría, niños. Para mí es un orgullo”, destacó.

Para Miguel Ángel es lamentable que en Monteros hayan desaparecido los concursos de pesebre que solían hacerse años anteriores. “Era una forma de darles más brillo a estas Fiestas. La gente se entusiasmaba armando el propio”, resaltó.

Don Miguel apuntó que el Niño Dios de su pesebre permanece cubierto con un manto hasta la Nochebuena cuando se lo destapa. “Se le reza y se le canta al recién nacido, nuestro Salvador. A veces se llegan algunos misachicos con coros que cantan villancicos”, detalló.

Agregó que este año, en que el coronavirus hace estragos, la familia va a tener mucho cuidado de cumplir con el protocolo sanitario ante la llegada de las visitas. “Hay que cuidarse y rogar para que esta pandemia termine cuanto antes. Ojalá que el Niño Dios nos traiga esa bendición”, concluyó.

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